La felicidad

 

 

INTRODUCCIÓN a la publicación del libro que llevará por título “LA FELICIDAD”

 

 

Desde 1975 dedico los fines de semana y mí tiempo libre a documentar todo tipo de manifestación cultural, sean costumbres, arte románico, megalítico, romerías, pinturas rupestres, árboles singulares o milenarios, neveros, danzas, castillos y un largo etcétera, haciendo un comentario de todo ello que plasmo en los cuadernos de viaje, además de fotos, diapositivas y algún video.

            Esta larga serie de cosas a documentar, parecerá llevar mucho trabajo. De hecho, lo lleva, aunque haciéndolo como hobbie no debería llamarse así pues este queda más  que recompensado con las vivencias y emociones sorprendentes e inolvidables que sientes con ello, esto hace que cuanto más tiempo pasas haciendo estas salidas o rutas culturales, mas te ilusionas con ellas.

            La mayor parte de las salidas o correrías las hago solo. En algunas, tengo premeditado el objetivo final. Sin embargo, éste puede cambiar al encontrarme con un pastor o una persona mayor. En algún caso se juntan estas dos condiciones y logras mantener vivas conversaciones, largas y muy instructivas, no en vano son gente que pasan muchas horas solos (en el caso de los pastores) y ello da lugar al cultivo, ya perdido, de ejercitar  la meditación. Es por ello que a la menor ocasión de poder sacar fruto de ésta, sus conversaciones son de horas.

            El tiempo pasado con los pastores ha sido de lo más productivo con respecto a mis aficiones. Gracias a ellos he podido documentar una serie de árboles milenarios y  leyendas que existen sobre ellos; unas supuestas piedras solares que están siendo objeto de estudio, al igual que un cromlech  con cairn dentro de él, neveros que curiosamente están cerca de los monasterios por razones de su función y aprovechamiento, minas de diversos minerales explotadas hace muchos años, etc.

Nota - (esta introducción está escrita en el año 2002, por esto mi creencia de que las piedras solares, así como el cromlech con cairn, estaban en fase de estudio y catalogación, por el hecho de estar denunciados  en patrimonio y cultura, entre otros organismos en el año 1982. En la confianza de que fueran sus responsables, los mas interesados en su estudio y catalogación, no se me ocurrió pedir registro de entrada de las citadas denuncias, esto ha servido para que una vez destruido el cromlech en el año 2007, eludan responsabilidades, ninguneando la denuncia además de maniobras de todo tipo, utilizando entre otras, formulas de coacción política, para negar lo que claramente ha sido una algarada)

            De ahí mi modesto reconocimiento hacia ellos como hombres sabios en cuestión de naturaleza y en los elementos que el hombre haya puesto en ella.

            Las personas mayores ¡ay! la de cosas que dejamos de saber por no pararnos a escuchar sus vivencias y relatos de cuando eran jóvenes y no tan jóvenes. Cuantas y qué extraordinarias historias se  llevan  cuando se nos van.

            Estoy seguro que emprenden este viaje último con el resentimiento de no haberlas podido divulgar. La triste y real excusa siempre resulta ser el tiempo. Un tiempo que nos falta para todo y del que no acabamos por disponer ni para lo fundamental, nuestra familia y nuestros amigos.

            Desgraciadamente los tiempos han cambiado a peor en este sentido. Comparando la comunicación humana  existente en los tiempos a los que hacemos referencia en el relato con la de hoy, no podemos más que hacer un balance muy negativo y ello a pesar de lo avanzados que estamos sobre todo en medios de comunicación. Hoy se viven las soledades más tristes y desesperadas que nunca haya vivido el ser humano, y es curioso que en las grandes ciudades sea donde el ser humano se percibe más de ella.

            Hay personas mayores a las que les debo mucha de la información recopilada sobre la mina y sobre otros muchos temas que irán saliendo poco a poco en posteriores publicaciones. No voy a citarlas por ser muchas, y seguro me dejaría alguna al hacerlo, por esto vaya mi gratitud para todos ellos.

            Sin embargo, no puedo dejar de nombrar, por el buen recuerdo que me dejaron, las que mantuve con la centenaria Consuelo Serena, que hablaba de sus años mozos de fiestas, de casas, de oficios, de gente... todo ello con una clara, lúcida y envidiada memoria que mantuvo en sus 106 años de vida. Hace unos diez años (en 1993) mantuve una larga y animada conversación de una forma peculiar y bonita que tenia Consuelo para comunicarse, particularmente cuando se le preguntaba, como es mi caso, por sus vivencias en Campo. Te cogía la mano con la suya durante el tiempo que duraba la conversación, estableciendo con ello una comunicación entre ambos en la que se denotaban las emociones suscitadas en sus interesantes historias.

    Entre otras muchas cosas, vino a nombrar a mi abuelo Miguel Castán de casa Boyón a quien no llegué a conocer; de cuando era mozo como ella; de las formas de diversión que tenían, por supuesto, nada que ver con las de hoy y con una escala de valores muy diferente .Hacia mención a casas de Campo que yo desconocía, como casa Górgori, Caminero Constancio, Torrau del Cabo, Vilas Valenciano, Hilario, Toña el Panchut, Concha Chuaniqué y otras muchas; que de haber sido hoy hubiera tomado mejor nota, abusando de la buena disposición de Consuelo, cuando se le preguntaba por temas relacionados con nuestro pueblo, al cual le procesaba un especial cariño, no en vano aquí vivió la mayor parte de su vida, por esto sabia infinidad de historias y cosas sobre el, siendo un bonito y emotivo placer escucharlas, relatadas con la lucidez y bondad que la caracterizaban.

     En fin, con ella se fue una verdadera enciclopedia y se llevó una parte muy importante de la historia de nuestro pueblo.

            También quiero hacer una mención muy especial  a José Ballarín (José de Güel), quien debido a su ceguera de los últimos años, agradecía mucho me parase unos minutos para hacer una “charradeta” con él. El agradecimiento siempre fue mutuo.          Gracias a esas conversaciones he aprendido que, en cuanto a investigación se refiere, uno debe  andar siempre con pies de plomo en todo lo referente a la  transmisión  oral.

            Por poner un ejemplo. José me comentaba que habían venido de Tortellá los hermanos Blanch, de casa  El Tet y que una hermana se había casado en Boltaña. Afirmaba él haberlo oído comentar a sus abuelos de joven. De todos es sabido que toda transmisión oral se deteriora en cuanto un relato va de boca en boca varias veces. Esto no iba a ser una excepción. No obstante,  se acercaba mucho a lo que fue en realidad.

            Es cierto que los hermanos Blanch vienen de Tortellá, pero no de casa El Tet como comentaba mi amigo. Sin embargo, gracias a este dato,  compruebo primero que  dicha casa no existe en Tortellá, pero que el origen del apellido proviene de Francia y, curiosamente, lo hacen de un pueblecito llamado Tet, situado cerca de la frontera con España, en la Garrotxa gerundense. Mira por dónde  coinciden aquí la versión de José con la realidad, en dicho pueblo se encuentran inscritos como Blanc, siendo Blanch la forma catalana del apellido.

            En lo relativo a la hermana que se casó en Boltaña,  la versión de José afina  aún más pues sólo se han desprendido dos consonantes. En Boltaña es, precisamente, donde se instala la “hermandad” de los Blanch y Masdexexás, los instalados en Campo son Blanch y Serra. Mas adelante dedicaremos un capítulo a estas hermandades venidas de Tortella,  dedicadas principalmente al oficio de cuchareros, y su recalar en Campo como veréis, tiene mucho que ver con la mina del Turbón.

 

        Estos y otros datos de los Blanch encontrados gracias a la amabilidad y buena disposición de las gentes de Tortella, (que conocían nuestro pirineo, tanto o mejor que nosotros, ya que muchos de ellos habían sido miembros de la orquesta Maravella, entre otras) con mención especial a su alcalde Avel-lí Campsolines í Juanola. Estos datos siento no haberlos encontrado antes, para poder cotejarlos con mi amigo José, siendo la  historia que él manifestaba tan parecida y coincidente con mis indagaciones. Por eso mi propuesta de ejercer más el diálogo con las personas mayores. Les haremos un bien a ellos y aprenderemos nosotros mucho más de lo que podáis  siquiera imaginar.

 

Me hubiera gustado  encontrar a alguien con quien compartir estas aficiones, pero no he sido capaz de entusiasmar a nadie con ellas. En ocasiones me he sentido marginado, además de solo, pues hoy, la mayoría debe tener razón y, está claro que yo me encuentro en una abrumadora minoría con respecto a estas aficiones.

Salir acompañado haría que las rutas fueran más frecuentes y amenas. Añoro cuando hacia las correrías o rutas con mi buen amigo José Serena Solana a quien tenía que sobornar al principio, más que convencer, con la excusa del almuerzo de los sábados. Pasadas tres o cuatro salidas, ya no fue necesario poner condición ni convencimiento alguno. Era él quien me preguntaba a la salida del Tosquizo, los viernes, al retirarnos a casa para cenar:

-¿T `aon monirén mañana?

Yo solo tenía que descubrirle si íbamos al monte o no, para preparar el bocadillo según el caso.

El almuerzo ya había dejado de ser la principal actividad de los sábados para José, cuestión ésta que me llenaba de satisfacción,  más viendo que empezaba a interesarse por los diferentes motivos de nuestras salidas.

Hace unos cuatro años que mi amigo, como consecuencia de una pequeña parálisis, de la cual afortunadamente, está casi totalmente recuperado, no me puede  acompañar, aunque en nuestras conversaciones siempre tiene algún recuerdo referente a alguna de las muchas anécdotas que surgían cuando me acompañaba.

Sigo marchando solo. Las salidas son ahora menos frecuentes y eso hace que pueda dedicarme  a organizar todos  los apuntes que he ido recopilando,  en especial los de la mina, pues guardan una estrecha relación con la evolución de Campo y  su comarca. Este ha sido uno de los motivos que me ha llevado a iniciar este arduo é ilusionado trabajo.

Cuando le comenté a mi buen amigo Fernando Abad, al cual pretendo emular, aunque dado el diferente nivel cultural de uno y otro, mas que emulación tenga como resultado una torpe imitación, visto su buen hacer literario en el relato histórico titulado.”La lente convergente” (de Roda de Isábena a Frómista), que aprovecho para felicitarle y darle animo a que siga haciendo trabajos de este tipo. Fernando  me convenció con el sencillo  y sincero argumento de que la historia hay que escribirla, aunque sea con carencias. Y si alguien tiene algo que aportar o corregir, siempre que sea para mejorar el relato, que lo haga.

 

            Uno de los relatos que más trabajo me ha llevado ha sido el de la mina del Turbón, aunque pienso ha merecido la pena recopilar toda esa información, por la relación que tiene ésta con la evolución de varios de los pueblos de la comarca.

     El año 1990, concretamente en abril, buscando datos para documentar la romería de la Virgen de los Baños  de Abenozas en el Diccionario Geográfico, Histórico y Estadístico que don Pascual Madoz edita sobre la provincia de Huesca, entre 1845-1850,  descubro, no sin extrañeza que no hay comentario alguno a la citada romería, siendo esta de origen visigodo y estando aún conservada a pesar de estar deshabitados la mayor parte de los pueblos que en ella concurren. A finales de Mayo aprovechan la romería para juntarse las familias emigradas a los diversos puntos de nuestra geografía, haciendo de la reunión una fiesta donde vista la ilusión esfuerzo y cuidados de estas gentes por conservar dicha romería, pienso dedicarle un extenso comentario en alguno de mis trabajos posteriores relacionado con las costumbres.. El autor  únicamente hace mención de una ermita casi derruida dedicada a la Virgen que no me sirven de mucho.

            Llevado de la curiosidad, paso página y mis ojos se detienen en la voz Aguascaldas. Leo con detenimiento los comentarios de Madoz acerca de la existencia  allí de una mina de plata  de la cual no tenía  ninguna referencia en ese momento. Me decido, pues, por incluirla en la lista de datos  a documentar, aunque a decir verdad, con poco entusiasmo.

            Mas pasados ocho años  y a medida que voy recopilando información sobre ella, compruebo con creciente sorpresa, la relación que esta mina guarda con varias familias de Campo, Viu, Valle de Bardají y otros, aunque de manera especial con los tres primeros.

            Crece entonces mi interés por su documentación y empieza a despertarse en mi el  acuciante deseo de  descubrirla., de adentrarme en ella y de  comprobar y verificar los datos que tengo ya entonces no solo sobre la mina sino también de las repercusiones de ésta en nuestra comarca.

 

            No fue difícil encontrarla. Está situada en la canal que lleva su nombre (Canal de la Mina). Una gran escombrera denuncia la ubicación de su boca.

            El 31 de diciembre de 1999, Feliciano González y el que suscribe, Cosme Castán, ataviados con cascos, en los cuales llevamos insertada una linterna que ha de darnos la luz necesaria para movernos dentro de la mina y conseguir alguna fotografía de calidad, iniciamos la aventura de su descubrimiento, que a mi particularmente me entusiasmó, haciendo que a partir de entonces fuera el tema mas ilusionado de los que tenía en lista, al constatar su importancia, visto el trabajo habido en ella y sabedor de su influencia en la zona.

 

            Los escalones mencionados por Madoz, en su diccionario no aparecen. Sin duda, el arrastre producido en la canal no sólo los ha sepultado, sino que ha tapado también  parte del camino de entrada, quedando apenas un estrecho paso, para acceder a ella. Esto nos obliga a tener que arrastrarnos para poder entrar.

            Una vez dentro, y únicamente en el primer tramo, podemos andar erguidos. Encontramos en su entrada una especie de recipiente de madera enmohecida, aunque conserva la capacidad de recoger el agua que en esta parte brota de la roca, la cual supongo emplearían para beber los esforzados mineros.

            Toda la mina está excavada en piedra a golpe de puntero y maza, lo que pone de manifiesto el duro trabajo que durante muchos años  tuvo que realizarse allí, dada su longitud y múltiples ramificaciones que presenta. Algunas de estas galerías  o ramificaciones son inaccesibles por estar llenas de escombro, debido a que cuando se terminaba la mena o filón de mineral, las llenaban de piedras evitando así tener que sacarlas a la escombrera situada junto a la boca de entrada.

            La mayoría de la información que existe sobre la mina se encuentra en Francia. Más tarde entenderéis porqué.

            Manera de hacer más ameno este trabajo, será alternando varios relatos casi todos ellos relacionados con el pueblo de Campo, de diversas temáticas que espero os gusten. La historia  de la mina, procuraré resumirla de forma novelada, sin que por esto deje de ser riguroso en los puntos o pasajes, que he procurado documentar con datos que considero fehacientes y de rigor. Reconociendo, no obstante,  que en la primera parte, no he podido descubrir  el verdadero nombre propio de algún personaje,  casa  o familia de las  que  aparecen en la historia. Solamente en estos casos  puntuales me he decidido por poner un supuesto. Eso sí, procurando sean los menos. Y esto, a pesar de las numerosas horas que he pasado revisando una vez y otra los archivos parroquiales y municipales (entre otros), para poder  esclarecerlos. Comprenderéis muy bien lo que digo si  pensáis  que hay casas que pierden su apellido cada una o dos generaciones. Este  es el caso, entre otras, de casa Bernad de Aguascaldas, Mikel de Viu, Pena Belbedé. Debido en parte a la forma de hacer las trasmisiones de patrimonio por el sistema de matriarcado, muy vinculado como veremos a las gentes venidas de Francia.

            En lo que se refiere a fechas anteriores a 1835,  encuentro en las partidas de nacimiento los datos de abuelos paternos y maternos, deduciendo con ello la fecha de casamiento de estos y por la partida de defunción el año de su nacimiento (siempre que en estas consten los años, pues no en todas se inscriben). De esta manera logro los datos referentes a 1790 hasta 1835, a partir de esta fecha solo es cuestión de buscar en las inscripciones, principalmente parroquiales, que es donde mas datos se encuentra, dependiendo del párroco que hace la inscripción, pues algunos son muy escuetos en estas, sin embargo otros te aclaran  además de la procedencia el oficio de padres y abuelos, que dada la finalidad de este trabajo se agradece evitando muchas horas de investigación.

            Los pueblos de origen de los mineros aparecen enumerados en alguna ocasión. En otras, he puesto el pueblo o centro comarcal más cercano al puesto de trabajo en los casos de franceses dedicados al transporte del mineral o a su fundición, por no figurar procedencia.

            En gran parte de la información francesa me ha sido de inestimable ayuda la colaboración de mis amigos Michel André y su esposa Elena Auset, residentes en Tolouse, ella hija de Justo Auset y Pilar Salamero ya difuntos, y los hijos de Josefina Gracia Gasquet: Pili, hija de Josefina, y su marido Bernad, personas todas ellas abiertas y entrañables donde las haya, a las que les entusiasman los temas de cultura que tengan como referencia Campo, pueblo al cual le procesan una gran estima, influenciados seguramente  por los campenses Justo Auset, los primeros y Josefina Gracia los segundos.

            Josefina es prima hermana de mi mujer Manolita Gasquet, apellido este al cual le haré un pormenorizado estudio, por ser de mi familia venido a esta zona de pirineo con el primer personaje que aparece en la historia Michel Gasquet, fundador de Casa Mikel de Viu, y serán los descendientes de este los fundadores de Casa Meregilda y casa Elias en Viu.

 

            Cuando empiezo a buscar información de la mina, vía personas mayores del Valle Bardají, me da la impresión de que su existencia ha sido poco comentada por sus abuelos. Saben  dónde está y poca cosa más, esto puede ser debido al obligado sigilo que como veremos en el relato se trabajó en ella.

            En el Archivo Histórico, apartado de minas de Huesca recabo información  sobre las minas de Cotiella, Turbón, Abella  y Villarué, situando sus explotaciones sobre el  año 1800. Sólo aparece la de Turbón declarada o denunciada  en 1874 y la registra Sebastián Sesé, copropietario de casa Bernad en este año, que ha su vez es hijo de Sebastián Sesé, casado en dicha casa de Aguascaldas con Raimunda Coscuyuela, hija del que fue minero José Coscuyuela.

 En el relato aparece José Coscuyuela como propietario de casa Bernad en 1795. Sebastián Sesé padre, casó con una hija de José sobre 1826, este viene de San Aventín (Torrelaribera), siendo el hijo de Sebastián y nieto de José el que denunciará la mina en 1874, después de cincuenta y cuatro años que no se trabaja en ella, ni hay nada de mineral por extraer, aunque si una razón de porqué se denuncia en este año que explicaré en la segunda parte del relato ,y que tiene relación con la partida de terreno donde está ubicada ( partida de monte denominada Chemolar , canal del Saco). 

 

            La historia de la mina como ya he comentado será de varios capítulos, y la iremos alternando con relatos e historias de Campo, con el propósito de no hacerla demasiado larga, lo de intercalar relatos se hace para que resulte mas amena, comentando también anécdotas sobre personas  y pasajes de la historia acontecidos en Viu, Valle de Bardají y Campo en especial, así como interesantes historias que tienen relación con la mina, o simplemente por ser singulares, acontecidas en el siglo XIX y XX.

 Terminaré dando una relación de las casas  que, siguiendo el índice del comercio de casa Jaime, estaban habitadas en Campo hacia 1903. Más que su relación, la lista pretende ser una llamada de colaboración para todos aquellos que puedan ayudarme a  ubicarlas  lo más exactamente que nos sea posible. Para hacer esta relación me será de mucha ayuda, el libro de D. Antonio Castel, campense hasta la médula, que ha recopilado no sólo los libros de apuntes de casa Jaime, también fotografías con datos muy interesantes de Campo, así como las vivencias de Angel Serveto Castillón en Filipinas, de los cuales se puede extraer cosas merecedoras de ser plasmadas en un libro, para conocer mejor la historia, sobre Campo y Comarca especialmente.

          Sería una enorme satisfacción poder desentrañar esta madeja de casas  y apellidos que han tejido la historia  del pueblo. Tal vez ya nos hemos descuidado un poco, pero sin duda hay personas que nos podrán ayudar en esta labor, al tiempo que sus aportaciones podrán servir para próximas publicaciones que tendrán al pueblo de Campo como protagonista. Hay un trabajo, dentro de estos proyectos futuros sobre San Bllascut, el cual estoy seguro suscitara comentarios de todo tipo, dado que las creencias populares sobre el santo no tienen nada que ver con su historia.

 Este desconocimiento de la historia del santo, ha llevado recientemente al error de hacer una talla de él, que según los datos históricos, considero es, además de un sacrilegio, una manera muy peligrosa de proceder por parte de los responsables del obispado, más, siendo como son sabedores de la citada, ya que D. Manuel Iglesias Costa, la publicó en Aragonia Sacra en 1995,  la pienso narrar más adelante, en memoria al citado D. Manuel, que con su sabiduría y capacidad de trabajo supo hacer un minucioso estudio sobre nuestro santo local,  no llego a entender como se puede ignorar, un trabajo de investigación de ese calado, basado en crónicas árabes de los siglos IX y X, que dan luz a la historia de nuestro santo local, y que en nada se parece a las creencias y leyendas que conocemos de él.

El titulo de este libro puede resultar engañoso, y poco adecuado, viendo los relatos que se intercalan en el principal de la  Mina,  pero creo que esta justificado, tal y como fueron las cosas en ella, que como sabemos se declara en 1874, inscribiéndola en el archivo general de minas con el nombre de “LA FELICIDAD”, título que no uso en el relato, pues es cincuenta y cuatro años después, como ya hemos comentado cuando se le pone nombre.

 

 

         Quizá, si los mineros levantaran la cabeza y vieran escrito sobre la boca de la mina un cartel con el nombre “La Felicidad”,  les costaría creer que ésta tuviera  algo que ver con aquel trabajo inhumano que supuso luchar contra el macizo de Turbón para extraer el mineral de sus entrañas.

 

Finalmente, qué duda cabe, la literatura no es mi fuerte. Espero superarlo con ilusión y trabajo. Una cosa es ser asiduo consumidor de novela, historia, cuentos, leyendas, temas religiosos, costumbres, etc., y otra muy distinta coger la pluma y plasmar ordenadamente en un papel las correrías, apuntes, notas, documentos y fotografías que he conseguido reunir y con las que espero dar luz a muchos avatares ocurridos en Campo, en Viu y en  el  Valle Bardají  entre finales del siglo XVIII y principios del XX.

            Como veis, mucho tema a desarrollar y más para un principiante inexperto. Si reparamos en que no tengo ningún punto de referencia en cuestión de historia escrita de Campo, resultará el más difícil todavía.

            Que este trabajo sirva de base para que, con la colaboración, espero de muchos, sepamos escribir y conformar una historia exhaustiva, atractiva y lo más rigurosa posible de nuestro querido y sentido pueblo de Campo.