Prof. F. ANDRÉS LASCORZ ARCAS

Av. President Maciá, 7, 7º, 1ª

43204 REUS (TARRAGONA)

Nacido el 28/feb/1962 en Monzón (Huesca), casado y con dos hijos. Tel. 669681607.

falascorz@gmail.com

 FECHA: 12 DE ENERO DE 2013

 HORA DE SALIDA: 9H

 LUGAR: Cova d´Axén

PRECIO: 10€/persona (incluye degustación y visitas)

El desplazamiento se realizará en coches particulares.

Aproximadamente llegaremos a Campo sobre las 12h donde podremos disfrutar de la elaboración de la tradicional Torteta de Campo y su posterior degustación (cocida, frita o asada) acompañada de vino o refresco.

Para una mejor organización, rogamos hagan las inscripciones antes del 11 de enero

         LA ROMERÍA DE LA VIRGEN DE LOS BAÑOS EN ABENOZAS

Para informar sobre los orígenes de esta romería habría que remontarse a la época visigoda. Por este motivo podemos encontrarnos con un arduo trabajo, que intentaré sintetizar para hacerlo más ameno. De todas formas pienso que lo importante es anteponer el rigor, sin considerar para nada la mayor o menor extensión que por ello pueda darnos. .

Me decido a investigar el origen de esta romería, después de observar durante no menos de 20 años la devoción, sensibilidad y cariño que manifiestan los asistentes a la citada romería. Y ello, estoy seguro, ha sido como consecuencia del respeto más absoluto a la manera en que lo hacían sus antepasados. Se mantienen vivos una serie de ritos que, sin los adjetivos nombrados, difícilmente se habrían conservado y mantenido tan íntegros.

Es por ello que me siento en la obligación de empezar felicitando a todos y cada uno de los romeros, manifestando mi agradecimiento y aplauso hacia su labor y dedicación para una conservación tan delicada y fielmente hacia una manifestación etnológica que tiene sus orígenes nada más y nada menos que en la etapa visigoda.

           Dada la situación de abandono de todos los pueblos que en ella concurren, es digno de mención y elogio la abundante representación de todas y cada una de las comunidades, que más adelante citaremos. A buen seguro que los que tuvieron el honor antaño de abanderarlas, hoy se sentirían orgullosos de sus descendientes.

           Como he comentado, he asistido a la romería durante muchos años, aunque, nunca hasta ahora, me había dado a conocer, por lo que me siento obligado a pediros disculpas por mi intrusión en vuestras costumbres que, debo decir, me han hecho vivir emociones y vivencias maravillosas.

Me siento especialmente en deuda con José María Fumanal, por su sensibilidad profesional, (me refiero a las pinturas restauradas por él en la iglesia de Campo) y ser uno de los romeros, nacido en casa La Abadía de Nocellas, hijo de otro fiel romero, que mientras pudo no dejó de asistir ni un solo año.

         Otro motivo de mi aparición ahora sería el poderle dedicar este humilde trabajo a un hombre de iglesia, persona a quien tenía en gran estima. Fue, además de mi profesor, una de las personas que más influyó para que yo me fuera introduciendo en el apasionante mundo de la investigación. Sus libros me sirven para la consulta y búsqueda de datos, que, por venir de él, tienen la vitola del rigor y la sabiduría: dos virtudes entre otras muchas que Don Manuel Iglesias Costa atesoraba.

         En una de mis últimas reuniones con Don Manuel, me comentó las dudas que tenía sobre la situación del Monasterio de San Esteban, San Pedro y San Justo, dando como posible ubicación el lugar de Ardanué, o inmediaciones de Calvera, que más tarde comentaremos.

           Puede parecer a simple vista que una romería no pueda tener contenido suficiente para un estudio serio con el que conformar un informe sobre ella.

           Sin embargo, yo opino que a la romería de la Virgen de los Baños, contenido le sobra, como comprobaréis si tenéis la paciencia de leer este estudio de antropología que sacará a la luz una de las romerías más antiguas de Aragón, y que, con tanto cariño y dedicación se sigue conservando, gracias a las gentes emigradas de estos pueblos que año tras año demuestran de sobras su arraigo a la tierra y lo que considero más importante, el respeto y memoria hacia sus antepasados.

            He perdido mi profesor y en este trabajo, como en todos antes y después de su muerte, me hubiera sido de gran ayuda tenerlo, puesto que el origen de la referida romería había sido tema recurrente en nuestras conversaciones, sin llegar a concluir y clarificar nunca su procedencia.

Nos faltaban ciertos datos. Algunos de ellos han sido encontrados recientemente y, aunque editados en 1845- 1850, Don Manuel no sabía de ellos. Después de tanto enseñarme él, me hubiera gustado indicarle donde teníamos un importante dato para poder datar la romería de la Virgen de los Baños con rigor histórico.

Este dato aparece en el tan recurrido Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico de Aragón, que Don Pascual Madoz edita en el citado año, donde en la voz; Aguilar (San Esteban De), dice :

   “Coto reducido en la provincia de Huesca, partido judicial de Benabarre, ayuntamiento y feligresía de Aguilar: situado entre este pueblo y el de Santaliestra; tiene en su centro una casa, y tanto esta como el coto, son propiedad de la casa de Blasco de Aguilar. Confina por el Norte, con el término de Bacamorta a una legua y cuarto, al Este con el de Aguilar a una legua y un octavo, por el Sur con el de Santaliestra a una legua y cuarto, y por el Oeste a igual distancia con el de Pallaruelo. Abraza casi 30 yugadas de tierra, de las cuales se cultivan unas 12; lo demás del terreno está entrecortado de peñascos que dificultan el cultivo, y poblado de frondosos carrascales. Sus productos, consisten en trigo, con la particularidad de que la mitad del terreno, lo da de mejor calidad que la otra mitad.

El diezmo de este coto pertenecía al Abad mitrado del monasterio de benedictinos, llamado de San Victorián, por cuyo motivo el del nombre de San Esteban que lleva; el de haberse descubierto con el arado varias sepulturas antiquísimas, y sobre todo por su posición topográfica, se cree sin ningún género de duda que allí estuvo en el siglo VIII, el monasterio, de los santos, Esteban, Pedro y Justo; el cual con todas sus pertenencias fue donado en el siglo siguiente por el conde de Ribagorza Don Bernardo, al del mismo orden que el fundó en Calvera de Obarra para su sepultura, viniendo a unirse en el siglo XI con todas sus rentas, y derechos al mencionado de San Victorián”.

     Uno de los trabajos que tengo planteados a corto plazo es el de buscar mediante estos datos referidos, y otros de referencia más antigua la ubicación, del citado monasterio, para ello he solicitado ayuda a gentes nacidas en Aguilar, como Ramón Sanz Barrabés que generosamente ha aceptado acompañarme. Entiendo que estos trabajos deberían estar subvencionados por la administración, pero me temo que poner en valor nuestra Comarca no tenga mucha prioridad, después de ver la poca respuesta a propuestas, de temas culturales presentados por mí en diferentes organismos de cultura especialmente.

     El propietario del citado coto, es la casa Blasco de Aguilar, que seguramente está directamente relacionada con la del mismo nombre ubicada en Santaliestra, casa ésta de construcción medieval, con aspilleras para defensa, inscripciones en varios dinteles fechados y blasonados en piedra, y curiosamente con varios signos cristianos, que aparentemente pueden hacer referencia a su origen monacal en Aguilar.

     Dicho esto paso a relatar lo que según las investigaciones realizadas en estos años, daría origen a lo que hoy conocemos como la romería de la Virgen de los Baños.

     La citada Virgen es venerada en una ermita construida en el siglo XVII. La denominación “de los Baños”, le viene dada por unas termas Romanas que junto donde hoy está la ermita, se supone había en la antigüedad, ateniéndonos a los indicios que comentaré a continuación, así como algún vestigio que ha aflorado en las cercanías de la ermita .

     El nombre del valle de Fantova, deriva de dichas termas, por lo de “fonte touva”. De ellas, no hace muchos años afloraron restos de piedra de mármol. En cuanto a las aguas termales no sería muy laborioso encontrarlas puesto que en el altiplano donde se ubica la ermita, y en la parte orientada hacía el castillo de Fantova, se forma un humedal que supongo es indicativo del punto donde podrían aparecer, a poca profundidad, dichas aguas termales. De hecho cuando se hicieron en esta zona sondeos en busca de petróleo hace más de 40 años, salió agua volviéndola a tapar al no ser esto lo que se buscaba.

Volverla a descubrir no resultaría, pues, difícil.  

       Con esto queda explicado lo de la romería después del siglo referido. Ahora bien, el nacimiento de la ceremonia de encuentro y besar cruces en el punto donde se ubica hoy la ermita, consideramos es muy anterior, cuando la función de la romería tenía poco que ver con la veneración Mariana, y aunque hoy se siguen conservando algunos de los rituales que en relación con el citado monasterio se hacían, son muy curiosos y significativos de lo que antiguamente se quería representar.

         En tiempos de los visigodos, desde el Monasterio de San Esteban, San Pedro y San Justo ya existía el encuentro en el altiplano de Abenozas, de las comunidades de los valles de Nocellas y Fantova, con similares rituales de salutación de estandartes y besar cruces de uno y otro valle.

         El estandarte que antiguamente presidía los actos y por tanto, el homenajeado, era el del citado Monasterio. Los monjes de San Esteban de Aguilá eran los encargados de llevarlo todos los años, a mediados de Mayo, al altiplano que separa los valles de Nocellas y Fantova, en el término de Abenozas.

   Lo situaban en un punto céntrico del citado altiplano, en el que después de haberse besado las cruces insertadas en la punta del mástil de cada uno de los estandartes de las comunidades de los valles citados, los abanderados de cada una de ellas, estaban obligados a hacer una demostración en el manejo del estandarte a modo de salutación y debidos honores ante el del Monasterio, que era ostensiblemente más grande.

Son siete estandartes los que se reúnen cada año en la romería, (antiguamente eran ocho con el del Monasterio, hoy sustituido por el de la Virgen de Los Baños, que se queda en la ermita) cuatro del valle de Nocellas, representando el primero, a Bacamorta y el Solano; el segundo, a Nocellas y sus diferentes núcleos; el tercero a Merli y el cuarto a Esdolomada.

Estos cuatro una vez habían subido hasta el altiplano con todo su séquito esperaban a que los representantes del valle de Fantova, vinieran a darles la bienvenida y entrada al citado altiplano.

   Allí esperaban los cuatro estandartes con sus correspondientes portadores, (orgullosos y supongo, un tanto nerviosos, pues debían demostrar aquel día ante todos el grado de adiestramiento en el manejo del estandarte que habían adquirido a lo largo de todo un año) junto a todos los romeros, en la parte del altiplano más próximo a su valle, donde los tres estandartes del valle Fantova venían a recibirlos. Después de hacer besar las cruces unos y otros, se dirigían juntos en procesión hacia donde estaba situado el estandarte del Monasterio.

   Los tres estandartes del valle Fantova representaban el primero, a Fantova; el segundo, a   Aguilá y el tercero, a Torruella. Todas las aldeas vecinas se juntaban con las tres comitivas citadas. Aunque no tengo el orden en que lo hacían, se supone sería por cercanía, por lo que La Corona, Castellblanc y Centenera, se juntarían con Aguilá, Bafaluy, Robiñaco y La Puebla con Fantova, así como Centenera, y Erdao con Torruella.

   Abanderar una de estas comunidades era una misión pretendida por todos los jóvenes varones, ya que además de ser un orgullo, era una meta puesto que de no llegar a ser elegidos, quedaban marcados como personas de inferior rango. El abanderado, nombrado con antelación, se le daba a conocer su cargo el día de la citada romería, recibiendo el estandarte de mano del abanderado saliente.

     Este nombramiento además de honrar al nuevo representante, le comportaba responsabilidad para desde aquél mismo momento adiestrarse en el manejo del estandarte. El honor de los nuevos abanderados era compartido también por sus familias y vecinos, por ello procuraban aliviarles el trabajo diario en sus respectivas casas, ya que de este modo tendrían más tiempo para ejercitarse en su nueva encomienda.

   Otro requisito, curioso, era que el representante de cualquiera de las comunidades para poder ser nombrado, no podía haber tenido ningún problema con ninguno de los vecinos, por lo que la armonía y buen ambiente estaban asegurados en todos los lugares, dada la trascendencia del cargo. No solo era honorable el representante y su familia como ya hemos comentado, sino todos sus representados.

   Esto se ponía de manifiesto en el momento en que el mozo demostraba sus habilidades en el manejo del estandarte delante de todas las comunidades. Al terminar la salutación, familia y convecinos se unían en emocionado aplauso hacia su representado.

   Cuando vas conociendo las formas de vida de aquellos años, llegas al convencimiento de que en cuestión de relaciones entre vecinos, amigos, familia, etc. se han perdido muchos valores.

Quizás a día de hoy estamos más informados, más instruidos, somos mayor número de personas, pero eso no soluciona el que cada día que pasa nos encontremos más solos y nos falte tiempo para relacionarnos mejor con la familia, los amigos, los vecinos…