Se acerca la Navidad y como todos los años encenderemos la FOGATA en Campo, un bonito y ancestral ritual que nuestros antepasados crearon con los significados que voy a divulgar en este espacio. Todo el interés que pueda tener este trabajo va dedicado a ellos, por haber sido personas que además de haberlos creado los disfrutaron, por esto considero que divulgar estos rituales es una bonita manera de honrarlos, ya que conociéndolos entenderemos mejor el motivo de las emociones que les aportaron.
Muy pocas veces reflexionamos acerca de por qué creemos lo que creemos o hacemos lo que hacemos. Vivimos en un mundo lleno de rituales y costumbres, más son pocos los que buscan profundizar en su origen para intentar encontrar su significado y entenderlo. Por lo general las aceptamos sin cuestionarlas, y la mayoría hacemos lo que todos los demás hacen, simplemente porque es mucho más cómodo y fácil.
La rápida evolución de las formas de vida, ha hecho que estos rituales desaparezcan, o se transformen de tal manera que difícilmente podemos ver ni encontrar en ellos el motivo y funciones que tenían cuando se fundaron, en Campo existen hoy dos de estos rituales, la Fogata y la Tronca, que aunque desposeídos de significados, afortunadamente se siguen haciendo. Con este trabajo intento darlos a conocer tal y como nuestros antepasados los hacían, espero y deseo que conociéndolos seamos capaces de conservarlos y mejorarlos.
El fuego solsticial de invierno, o de Navidad se ha conservado en muy pocos pueblos, a diferencia del fuego del solsticio de verano, que sí se sigue encendiendo en muchos de ellos, aunque uno y otro, se hacen ignorando la función u objeto, para la que fueron creados.
Las causas son varias, aunque las más importantes yo pienso que derivan, principalmente, del rechazo de la Iglesia hacia estos y otros rituales paganos, un rechazo que con maliciosa sutilidad, se ha ido ésta apoderando de ellos, al tiempo que les iba dando un sentido cristiano, poco convincente, pero sí efectivo, para hacer olvidar la arraigada tradición y objeto con que se habían hecho de siempre.
Por poner algún ejemplo; es curioso, o quizás pueda decirse sospechoso, que la Iglesia para apoderarse de los antiguos rituales solsticiales de Navidad, haya hecho coincidir el nacimiento de Jesús, con la fecha del solsticio de invierno, y su bautismo en el Jordán con el de verano. El inicio del crecimiento, floración y reverdecer de la Naturaleza, con la Pascua de resurrección, y otras muchas fiestas paganas, que la Iglesia se ha ido apoderando sin romper del todo el significado que tuvieron en su origen. Distorsionando eso sí, pero haciendo suyas unas tradiciones que se venían celebrando desde miles de años antes del cristianismo. Esto pone en cuestión la palabra Navidad, así como la Pascua de resurrección sea de origen pagano o cristiano, una palabra la primera, que definía el nacimiento del Sol en la mayoría de culturas y pueblos desde la más remota antigüedad, y la resurrección también es casualidad que coincida, con el nuevo resurgir de la Naturaleza, en su nuevo ciclo anual.
La diferencia entre la celebración cristiana y la pagana de la Navidad es muy notable, aunque parezcan ser lo mismo.
La Navidad cristiana es muy semejante a una onomástica o cumpleaños de una persona importante como lo fue Jesús de Nazaret, y como también lo han sido para la humanidad, personas que recordamos por haber destacado ya sea en ciencia, filosofía, arte, astronomía, física, etc., por nombrar algunos de ellos, nacidos antes de la era cristiana; Pitágoras que vivió entre el año 572 y 497 a.C.; Sócrates que es representante fundamental de la filosofía griega, y tuvo gran influencia en el pensamiento occidental, siendo precursor de Platón y Aristóteles, vivió entre el año 470 y 399 a.C.; Confucio filósofo chino que vivió entre el año 551 y 479 a. C.. (Una de sus frases más conocidas, tiene que ver con la pérdida de las costumbres y rituales, dice así; Me lo contaron y lo olvidé; lo ví y lo entendí; lo hice y lo aprendí); Herodoto, historiador griego, que vivió entre el 484 y 420 a. C., también conocido como el padre de la Historia. Estos nombrados, seguro que celebrarían la Navidad, relacionada con el Sol, junto a otros muchos que dejamos sin nombrar, no menos importantes.
De la era cristiana citaremos sólo unos pocos, como; Leonardo Da Vinci, arquitecto, escultor, pintor, inventor y músico, que vivió entre el 1452 y 1519; Nikola Tesla, físico, matemático, ingeniero eléctrico, que desarrolló las bases para la generación de corriente alterna, vivió entre 1856 y 1943; Miguel de Cervantes escritor madrileño que vivió entre 1547 y 1616; Albert Einstein físico alemán vivió entre 1879 y 1955; Nicolás Copérnico, polaco, astrónomo que estudió la teoría heliocéntrica del Sistema Solar; Goethe, poeta y dramaturgo alemán, vivió entre 1749 y 1832. Tiene una frase referida a los antepasados que reza así; "Dichoso aquél que recuerda con agrado a sus antepasados, que gustosamente habla de sus acciones y de su grandeza y que serenamente se alegra viéndose al final de tan hermosa fila". Estos y muchísimos más que han contribuido al progreso y avances de la humanidad, todos importantes, que siempre tendremos presentes por su contribución para mejorar el mundo.
La celebración pagana del nacimiento del Sol, también se hacía cada año, pero no con el sentido de conmemoración o cumpleaños, se celebraba a modo de ruego esperanzado, para que el nuevo ciclo solar volviera a fecundar y hacer que fuera fértil un año más toda la Naturaleza, de esto deriva la fiesta del equinoccio basada en el nuevo reverdecer del ciclo primaveral. El fuego solsticial, como ya hemos comentado, estaba basado en esta esperanza, además de la creencia de estar con él ayudando a recuperar la fuerza y vigor del Sol en su momento más débil.
Como introducción a la "TRADICIÓN DE LA FOGATA DE NAVIDAD EN CAMPO", considero oportuno transcribir un artículo de Fernando Romanos, excelente artículo que se ciñe perfectamente a los comentarios que voy a describir, sobre los fuegos solsticiales titulado.
"LA TRADICIÓN COMO MECANISMO DE SATISFACCIÓN DE NECESIDADES SOCIALES ACTUALES ".
Estamos en la cultura del consumo y del espectáculo, frente a la cultura tradicional basada en el ahorro y la participación. El hecho de suplantar una cultura por otra está suponiendo la misma suplantación de los valores que la sustentan y de las causas y mecanismos que crearon esa cultura tradicional.
Cuando los antepasados crearon un conjunto de mecanismos de relación, de organización de la vida, de relación con el entorno, de disfrute y a veces de sufrimiento de lo cotidiano, lo hicieron con una finalidad concreta; cada fiesta, cada baile, cada rito obedecía a una causa, a una situación de necesidad percibida socialmente, y a la cual era necesario dar una solución que permitiese la continuidad estable de la vida en comunidad.
Se trataba de un equilibrio vital que requería de actuaciones para mantenerlos asumidos por todos, y que se seguían repitiendo porque la necesidad persistía pero la realización del rito, satisfacía o cubría dicha pulsión.
La nueva sociedad de consumo, urbana, individualista, desvirtuada de muchos valores, ha mantenido alguna de las tradiciones pero ha perdido la noción de la causa, de la necesidad, de la razón por la cual se hacía esa fiesta, ese ritual, ese baile, con lo cual pocas posibilidades de pervivencia tiene, en competencia con otros bienes y servicios de mayores prestaciones...
Pero resulta que a pesar de que los teléfonos móviles zumban ya habituales en nuestra sociedad, los ordenadores son una prolongación de nuestros dedos, internet es el patio de casa (donde ni llueve, ni se moja, ni es particular, ni necesita llaves...) a pesar del ratio habitante coche, los canales digitales, el euro y la integración, el AVE... a pesar de todo esto y mucho más que hay o está por venir, las personas siguen siendo personas, no han evolucionado como tales y siguen teniendo las mismas necesidades vitales, individuales y sociales que dieron origen al nacimiento y creación de las tradiciones, las personas siguen teniendo necesidad de socializarse, de buscar su identidad, de vencer sus miedos, de ser gregarios, de comunicarse, de buscar pareja, de ser feliz en definitiva.
Y el ser humano tiene en el fondo las mismas necesidades que dieron origen a la tradición, que se creó para cubrir dichas necesidades, solo podremos mantener las tradiciones como tales, si sabemos darles los mismos usos para los que se crearon, sino perdemos la memoria histórica de su finalidad intrínseca, de esta forma, las tradiciones serán nuestras, y las transmitiremos como parte de nuestra cultura porque nos sirven, porque cubren necesidades fundamentales para alcanzar nuestra felicidad, sino, serán meras representaciones, no asumidas colectivamente, y que son interpretadas por unas personas, para que otras las consuman, dependiendo su conservación de la mera ley de la oferta y la demanda y el empeño de unos de salvar algo que no se sabe muy bien porque se sigue haciendo, pero algo les dice que no debe perderse.
La tradición sirve para satisfacer necesidades humanas vitales, tanto individuales como sociales, necesidades que se han mantenido generación tras generación, y que ahora más que nunca se llegan a sentir más, si en su origen sirvieron, ahora nos pueden servir, si sabemos mantenerlas, no como un espectáculo sino conociendo realmente su funcionalidad y el origen de las mismas, adaptándolas eso si, a la nueva realidad más cambiante.
Dicho esto, vamos a comentar y tratar de dar luz a esta bonita y ancestral tradición como lo es:
LA FOGATA DE NAVIDAD
Campo es uno de los pocos pueblos, donde aún se sigue encendiendo "LA FOGATA", un ritual tan arcaico como la existencia del hombre en nuestro Planeta. De su origen y sentido quiero hacer unos comentarios, que considero de interés para su conocimiento, conocimiento que a buen seguro ayudará a conservar esta costumbre que hasta hace 60-70 años, se mantuvo con muy pocas variaciones, desde sus orígenes.
La Fogata y La Tronca, forman parte del mismo ritual, ocurre que la Fogata dejó de encenderse mucho tiempo antes que la Tronca, siendo muy pocos pueblos los que conservan éste fuego comunal (uno de ellos Campo) aunque los dos siguen teniendo en común, la pérdida de significado y funciones para lo que se crearon. Pepe Rodríguez, en su libro titulado “Mitos y Ritos de la Navidad” dice sobre esto:
(…)“el acto de ofrecer el tronco "sagrado" al fuego, durante el solsticio hiemal, fue adquiriendo un significado de rito protector que, en el decurso del tiempo, pasó a materializarse en muy diferentes formas y campos de actuación, máxime al irse entremezclando con el animismo y el culto a los antepasados muertos. Fue así como los restos calcinados del tronco solsticial, eso es del tió navideño (que nosotros conocemos como “la tronca”) consagrados tras el oportuno ceremonial que en su origen fue público y colectivo, aunque acabó siendo privado y familiar”.
Lo que nos dice Pepe del origen del fuego solsticial, es que se transforma de fuego público a fuego privado. Aunque yo creo que coexistieron los dos y cada uno de ellos con sus singulares significados, como intentaré explicar. Es una opinión personal a cuya conclusión he llegado hurgando en la historia de la fogata de Campo, donde podemos afirmar con toda seguridad que sí coexistieron los dos), fueron investidos de poderes tales como el de prevenir y controlar rayos, tormentas e incendios, aumentar la fertilidad de los campos y estimular las cosechas de cereales, proteger a los ocupantes de las casas y establos de enfermedades, parásitos y muertes misteriosas, poner freno a las malicias del mismísimo diablo, etc.
Miles de años antes de la era Cristiana, ya se celebraba la NAVIDAD, no con el sentido cristiano que hoy la conocemos, sino celebrando el NACIMIENTO del SOL, astro que por su vital importancia en el conjunto de la NATURALEZA, la representaba.
Para entender la tradición del fuego de Navidad o del solsticio de invierno, creo conveniente hablar de todos los componentes o elementos que intervenían en sus rituales y ceremonias, iremos describiendo su importancia y función, en el orden que vayan apareciendo.
Vamos a empezar comentando el ritual de la "tronca"; que antes de encenderla era bendecida con vino, el que se utilizaba para su bendición, no era el de consumo diario, no, era el vino llamado "fundacional", que estaba en todas las "Casas" desde su origen. Cuando se fundaba una Casa, cada uno de los cónyuges fundadores aportaba una jarra de vino de sus respectivas familias, las vertían en una barrica (normalmente de 50 a 80 litros de capacidad) donde previamente se había incubado vino nuevo, y según fuera la capacidad de la barrica se dejaba espacio para las dos aportaciones. El resultado de esta mezcla era el vino "fundacional", que solo sería empleado en las grandes ocasiones y celebraciones de cada una de las Casas. Con esto en cada fiesta o acontecimiento familiar, al beberlo, se establecía una especie de comunión con todos los antepasados.
Los acontecimientos más destacados donde se utilizaba o se consumía éste vino, era la bendición de la Tronca, también, la fiesta mayor, navidad, nacimientos, bodas, todo lo que fuera importante en la Casa. En Campo hasta no hace más de 50 años (ya con el ritual del vino fundacional desaparecido, con seguridad por desconocimiento de su simbolismo, dado que en estos años aún había Casas donde conservaban la barrica con dicho vino), era costumbre hacer una olla de poncho (voy a referirme a mi familia de casa Boyón), en cada Casa de los miembros pertenecientes a una misma rama familiar, y a la salida de misa "gallo", hacíamos un recorrido por todas ellas, dando buena cuenta del poncho, y los pastillos de nuez, turrones caseros, y almendras garrapiñadas que con arte y cariño habían preparado nuestras madres o abuelas. Esta tradición se ha ido dejando, de manera que los que pudimos disfrutarla, la añoramos y la encontramos a faltar, más viendo cómo las familias y la sociedad en general tendemos a hacer nuestros círculos sociales y familiares, cada vez más reducidos.
La tronca era un grueso tronco de roble de un tamaño considerable, por el motivo, que una vez encendido debía estar en combustión hasta el equinoccio de primavera, de esto procede el dicho que dice "tizón verdadero de nochebuena a febrero". En febrero, o equinoccio de primavera era cuando se recogían las cenizas de la tronca ya quemada, a las cuales se les atribuían poderes, protectores, generativos, balsámicos, curativos etc., de esto algo hemos comentado y seguiremos haciéndolo, de lo cual pido anticipadas disculpas, pues habrá algún tema que se repetirá, más el que me conoce sabe que prefiero repetirme o ser literariamente incorrecto, a callarme por temor a serlo.
Instalar en la chimenea "la tronca", era trabajoso por sus dimensiones, ya que hasta la puerta de la casa, era arrastrada generalmente por una caballería, o buey, pero subirla hasta la chimenea se hacía a base de maña y fuerza humana, una vez instalada en la chimenea o cocina aragonesa, la tarde del 24 de diciembre se bendecía, antes de prenderla con la antorcha traída del fuego comunal, fuego que hoy conocemos como LA FOGATA DE NAVIDAD.
La ceremonia de bendición de la "tronca", consistía en lo siguiente; reunida toda la familia de la Casa en torno a la chimenea, era bendecida, generalmente por el más joven, o más anciano, muchas veces los dos, pues la ceremonia así lo requería, dado los elementos que intervienen en ella. El celebrante o los celebrantes, cogían en la mano derecha una jarra o porrón de vino, previamente llenados en la barrica del vino fundacional, un trozo de pan y un poco de sal, y en la mano izquierda una vela encendida. Entonces todos los muchachos y hombres descubriéndose la cabeza incluidos los celebrantes que para bendecirla, lo hacían trazando una serie de cruces sobre la Tronca con el vino y la sal, y hablaban así al tiempo de hacerlas:
Tronca de Navidad, yo te bendigo con pan y vino. Tronca de Navidad, yo te bendigo con vino y pan. Buen tizón buen varón.
Buena casa buena brasa. Dios eche la bendición a todos los de esta casa.
Esta era de las más recurridas, había varias más voy a citar algunas. Con muy pocas variantes, según fueran los pueblos de Ribagorza, Sobrarbe, Serrablo, Jacetania, principalmente, entre otras Comarcas; se decía también:
Buen tizón, buen varón, buena brasa, buena casa, que Dios mantenga a paz en ísta casa, y en totz os que isón.
Bebe tizón, bebe porron, tú por a boca y yo por o garganchón. Buen tizón, buena casa, buena brasa, que Dios conserve a los amos d'esta casa.
Buen turrón, buena brasa que viva la gente de esta casa. San Juan bautizó a Cristo, Cristo bautizó a San Juan, Yo te bautizo a ti toza en el día de Navidad.
Buen tizón, buen varón, buena brasa y que Dios conserve buen amo en esta casa. Buen tizón buen varón, buena casa, buena brasa Dios mantenga a l'amo y a la duenya d'esta casa.
Tizón de Navidad, Tu yes o tronco d'a casa, por ixo yo te bendizco, con vin esta troncada. En nombre de Dios y o nino, que baixa ta la terra, ta que ta ista casa traigas, a felicidat más plena. O primer trallo ta Tú, porque Tú tot lo navegas. O segundo por nusatros, ta que mos de salut a espuertas. O tercero ta que nieve, y se crien as cosechas. O cuarto ta que as arreses, no se disgracien ni mueran. Y o quinto ta que a Paz, mos espante toda guerra.
Por todas partes por donde el dueño de la casa va y viene, que Dios conceda mucho bien, y ningún mal. Y que Dios conceda mujeres que tengan hijos, cabras que tengan cabritos, ovejas que tengan corderitos, yeguas que paran. Gatas que tengan gatitos, ratas que tengan ratoncitos, y nada de mal, sino mucho bien.
Son muchas las frases que se empleaban para bendecir la tronca, todas con buenos deseos hacia la "Casa", palabra ésta que en el Alto Aragón hace referencia además de al edificio, a todos sus elementos ya fueran, fincas, personas, animales, muebles, aperos y enseres, ropas, es decir todos sus componentes, siendo el amo y la dueña, sus principales representantes.
Sobre la "TRONCA", haré más comentarios, para dar explicación en como un ritual con tanto significado y contenido sentimental y emocional, haya derivado en un juego de niños. Son muchos los factores que han influido para que estas tradiciones vayan desapareciendo, o como mal menor cambiado la forma de hacerlas, de lo que estoy seguro es que el conocimiento de ellas hubiera generado emoción y sentimiento al hacerlas en todos nosotros, y si a lo que hacemos le ponemos estos dos adjetivos, la transmisión y permanencia de estas y otras costumbres estarían garantizadas.
Aunque desvirtuado, el ritual de la Tronca se conservó medianamente bien hasta mediados del siglo XX, no ha sido así con LA FOGATA, que aunque se sigue haciendo o encendiendo (me refiero a la de Campo), su función ha derivado en un centro de reunión de la gente del pueblo en Navidades en torno al fuego, que también vale y está muy bien, además de darle otras utilidades que aunque banales, no dejan de ser recurridas para encontrarle sentido práctico al fuego de Navidad, como es asar buenas pizcas de carne, llonganizas, y hasta bella patata, pimiento o cebolla. Más como ya hemos apuntado los dos fuegos tienen una profunda relación, siendo coetáneos en el conjunto de los rituales de la Navidad.
El solsticio hiemal es el acontecimiento cósmico que vivifica la Naturaleza con su luz y su calor, razón por la cual, para todas las culturas antiguas, representaba el auténtico nacimiento del Sol y con él, toda la Naturaleza comenzaba a despertar de su letargo invernal, y los humanos veían renovadas sus esperanzas de supervivencia, gracias a la fertilidad de la tierra que garantizaba la presencia del astro divino, del dios más arcaico que la humanidad ha venerado.
La palabra hiemal hace referencia al Sol, en la mitología griega Helios significa la personificación del Sol. Es el hijo de los titanes Hiperión y Tea y hermano de las diosas Selena (la luna) y Eos (la aurora).
En este solsticio, todos los pueblos antiguos, adoradores del sol, celebraban su nacimiento mediante grandes festejos, caracterizados por la alegría general y el protagonismo de las hogueras, alrededor de las cuales se concentraban los lugareños con el fin de manifestar su alborozo mediante ceremonias colectivas, centradas en cantos y danzas rituales circulares, alrededor del fuego.
La mayoría de las danzas son antiquísimas, y derivan de estos rituales, hoy desposeídas de significados, como consecuencia de la preocupación del hombre en hacerlas vistosas y con coreografías agradables adaptadas al espectáculo, a costa de la pérdida de identidad y objeto para que fueron creadas. Salvo alguna excepción como ocurre en la "sardana", cuya sencillez ha hecho conserve íntegra su evocación al Sol.
La explicación es sencilla, y está en un monumento megalítico como es el "cromlech", un conjunto de piedras puestas en círculo, de donde deriva el nombre, "crom" que significa círculo y "lech" piedra, cuando esos círculos son de un tamaño considerable, de 50 a 100 metros de diámetro, se celebraban los rituales solsticiales, dentro de él, como también era donde enterraban los celtas a sus sacerdotes o "druidas"..... Teniendo las citadas medidas, eran conocidos como "corona estrellada", no hay nada más parecido a una corona, que el baile de una sardana, siendo una de las danzas empleadas por el hombre, para dirigirse a su Dios más arcaico el Sol, ya fuera por agradecimiento o rogativa.
Era también la época adecuada para realizar pactos protectores con los espíritus de la Naturaleza y con los de los familiares fallecidos (una costumbre de la que derivó, en pueblos como el germano, la fiesta de los difuntos, que la Iglesia católica acabará por transformar en una jornada de tristeza que desplazará hasta el primer domingo de noviembre, para poder alejarla de la alegre conmemoración del nacimiento de Jesús).
En otro trabajo daremos datos de cómo se hacían antiguamente las fiestas de los difuntos, ya que eran dos las celebraciones, una se hacía en el solsticio de invierno donde el fuego encendido delante de las tumbas, tenía como función indicar el camino de ida y vuelta a todos los familiares muertos, para que vinieran a celebrar la Navidad con los suyos. La segunda se hacía en el equinoccio de otoño llamada "Samhain" (pronunciado sow--in) que significa "fin del verano", la celebraban los pueblos celtas al finalizar las cosechas en el equinoccio de otoño 20--22 de septiembre. Era en esta fiesta cuando se ponían velas en las ventanas de las Casas, para que los familiares muertos, vinieran a celebrar el fin de la recolección de cosechas (llamada muy parecida a la que hacían con el fuego solsticial). Este equinoccio también marcaba el retiro del Sol, la caída de las hojas, el inicio de la temporada más fría del año, y la migración de las aves.
El equinoccio es el momento del año en que el día y la noche tienen la misma duración, debido a que el Sol se encuentra sobre el ecuador del planeta Tierra. Una palabra que proviene del latín "aequinoctium", que viene a decir "noche igual".
El de primavera celebrado desde el 20 al 22 de marzo, señala el inicio de la temporada de crecimiento, floración y reverdecer de la Naturaleza. De esta costumbre deriva la fiesta de Pascua, los huevos y los conejos, que son antiguos símbolos y significan fertilidad tanto para la flora como para la fauna. Puede parecer un error lo comentado referente a la Tronca, cuando se llegue al apartado de la recogida de sus cenizas datada en febrero, y la explicación está en que la ceniza como balsámico elemento debían esparcirla antes de marzo a modo de ruego, para que resurgiera con esplendor en su nuevo ciclo la Naturaleza.
De la fiesta de otoño deriva el hoy conocido Hallowen, que nace a consecuencia de la conocida Gran Hambruna en Irlanda de 1845 hasta 1849 que hace emigrar a cerca de 2.000.000 de irlandeses a Estados Unidos, Canadá, Australia, México, Argentina y Uruguay, llevando con ellos la citada tradición celta que hace pocos años viene de nuevo a Europa, en versión americana, no teniendo nada que ver con la que llevaron los irlandeses en su diáspora, no merece ningún comentario semejante americanada, con carencia total de significados, que solo sirve para crear confusión en pequeños y mayores, en fin, un sinsentido creado en pro del mercantilismo capitalista.
Los pueblos prerromanos, durante los tres días anteriores al 24 y 25 de diciembre, así como en los posteriores que llevaban hasta el Año Nuevo, festejaban el retorno del Nuevo Sol, y las fuerzas vegetativas de la Naturaleza (festejos entonces conocidos como las Saturnalias). Las grandes hogueras, que al margen de simbolizar el magno acontecimiento, tenían la función de excitar el calor y la fuerza de un sol recién nacido, que encaraba su curso hacia la primavera, inundando la tierra con su poder regenerador. Otro tanto sucedía durante el solsticio de verano, época adecuada para mostrarle al divino Sol el agradecimiento de quienes habían sobrevivido un año más gracias a su generosa intervención en el ciclo agrícola y ganadero.
Todos estos rituales solsticiales se han ido perdiendo, mas, creo que el conocimiento de su significado, nos ayudará a conservar los que seguimos haciendo, como por ejemplo, La Fogata de Navidad en Campo, que se sigue encendiendo, a pesar de ser un pueblo de tardía fundación, el año 1460, por esto es lógico que la mayoría de campenses no tenga conocimiento de ésta tradición, que voy a intentar explicar, con la ayuda de lo comentado hasta aquí sobre el ritual del fuego, y divulgando parte de la historia del valle donde se funda Campo, historia que a buen seguro nos ayudará sobre todo a entender las dudas del porqué de la transmisión de esta tradición, costumbre, o ritual ancestral en un pueblo fundado en el siglo XV, y comentar el sentido que le daban nuestros antepasados.
Muchos siglos antes de la fundación de Campo, ya existían asentamientos en el valle, como por ejemplo su Iglesia, de la cual se tiene documentación escrita desde el año 908 cuando la destruye el moro All Tawill. Entonces consagrada a Santa María del Camino (camino que con seguridad hacía referencia, al que los pueblos antiguos conocían como "Camino al Fin de la Tierra o Finisterre", ya que el camino a Santiago de Compostela, nace en el siglo XII.
Fuegos que se encendían delante de la puerta de entrada a dicho centro, formado por una nave de cañón que tenía su ábside y altar de celebración en el Este (cuando se habla del románico, se dice ábside orientado) y la puerta de entrada en el Oeste, o poniente. Esta era la razón, del porqué los muertos se enterraban delante de la puerta de entrada, ya que en el culto heliólatra, el Oeste lo relacionaban con el ocaso de la vida, así como el Este con el nacimiento.
Aún hoy hay testigos vivos en Campo, de cuando se construyó la nueva Abadía (1945--1950) situada frente a la torre, y por tanto delante de la puerta de entrada a la Iglesia antigua. Todos me han comentado su extrañeza, de cuando hacían su cimentación, la cantidad de huesos humanos que afloraron al hacer las zanjas y albañales. Esto refuerza la hipótesis, de que la Iglesia antes de consagrarse a Santa María del Camino, había sido un Centro de culto al Sol.
La poca continuidad de la tradición del fuego solsticial de invierno, es posible que derive de esto comentado, ya que una de las funciones que se le atribuía a la Fogata, era mostrar el camino de ida y vuelta a los espíritus de los familiares muertos, para que vinieran a celebrar la Navidad con ellos. También con éste fuego, como ya hemos dicho, se creía estar infundiendo fuerza y vigor al Sol, en su momento más débil, y era en ésta Fogata donde todos los lugareños bajaban a encender las antorchas, para prender las Troncas, que previamente habían bendecido en sus Casas.
Cuando en el año 1561, se construye la torre de la Iglesia de Santa María de Axén (así denominada desde el 13-11-959 cuando la consagra con dicho nombre el obispo de Roda Odisendo), al estar levantada delante de la puerta de entrada, obliga a que diez años antes, se construya el pórtico de entrada que hoy aún podemos ver, y que está orientado al Sur. Esta será la causa para que el fuego solsticial y comunal sea trasladado a la plaza mayor, donde se sigue encendiendo, aunque ignorando el sentido de el porque se enciende (las fechas de construcción de la torre y el nuevo pórtico de entrada están grabadas en dos de las piedras que conforman su obra -1551-1561).
No se sabe con certeza el año que el centro de culto al Sol, se consagra al cristianismo, debiendo suponer que, si, según el cronista árabe Akhbar Madjmua, se destruye en el año 908, estando ya dedicado a Santa María del Camino, su consagración estaría realizada, entre el año 850 al 900. Una consagración que no anularía los rituales que se venían haciendo hasta entonces, y que continuaron conservando hasta el año que se edifica la torre 1561.
Una vez que la antorcha había encendido la Tronca familiar, se colgaba en lo más alto de la Casa (generalmente la falsa), como amuleto protector de fuegos, tormentas, pedriscos, enfermedades, etc.. En esta antorcha, es donde en el equinoccio de primavera los miembros de la Casa se mascaraban las manos, para a su vez, mascarar la cara a la gente que más le importaba, en la creencia que con ello, les infundían, salud, suerte, bienestar, y un montón de buenos deseos. Entre los jóvenes, esta "mascarada" conllevaba una muy singular y bonita forma de cortejo, generalmente los mozos, cuando ya habían mascarado a su familia, vecinos, y personas más allegadas, iban a buscar digamos a "la moza que más les llenaba el ojo", si la moza no oponía ninguna resistencia, para ser mascarada, y sin mediar palabra, le daba a entender al chico que también le gustaba. Si por contra, se echaba a correr rehusando la máscara, el mozo ya sabía que no había nada que hacer para conseguirla.
Esta antorcha permanecía colgada en la falsa, durante todo el año, cuando llegaba el solsticio de verano, se encendía una nueva en la chimenea, es la que bajaban hasta el fondo del valle, (donde generalmente estaban ubicados los centros de culto al Sol) para encender a su vez la hoguera del solsticio de verano, (que como La Fogata del anterior solsticio se hacía también delante de la puerta de la Iglesia) conocida hoy como el fuego de San Juan. Fuego que entre otras cosas, significaba agradecimiento al Sol, por haber ayudado a regenerar y fecundar un año más, la tierra y los animales. Antorchas que como podemos imaginar, hacían el recorrido a la inversa que en el anterior solsticio, y que viendo aún hoy como bajan de diferentes puntos del monte hacia la plaza de la Iglesia, en San Juan de Plan, Sahún, Las Paules etc., tengo el presentimiento que sea éste un ritual muy entroncado con el fuego solsticial. Que ha sido declarado un bien de interés nacional, denominado como "Les Falles" pero sospecho que no se ha estudiado en profundidad su origen, y parece ser que su interés está solamente basado en el espectáculo, y no en su significado y fines para lo que fue creado, una manera más de seguir perdiendo el sentido de estos bonitos y ancestrales rituales.
Este ritual en especial (junto a muchos otros, que los hay), al estar recientemente denominado de interés por la UNESCO, adquiere una importante relevancia, pero como hemos comentado, destinado a ser un bien de consumo, ofrecido a modo de espectáculo en pro del turismo, y no como recuperación de una arraigada tradición cultural. Es lo que nos apunta muy bien Fernando Romanos en la introducción.
Para ir abreviando voy a comentar algo sobre la ceniza de la Tronca. Una ceniza a la cual le atribuían poderes de todo tipo, se recogía como se ha comentado en febrero, y se guardaba cuidadosamente por considerarla un bálsamo con muchas propiedades y utilidades. Una vez se había espolvoreado con ella las cuadras de los animales y gallineros, de una manera más simbólica también se hacía en las fincas y huertos, en la creencia que con esto estaban protegiendo a los animales, de parásitos, pateras, enfermedades, muertes misteriosas etc.. Para las fincas y huertos se consideraba un elemento, que además de protector de plagas y pedriscos ayudaría a, aumentar la fertilidad en los campos y estimular las cosechas en general, aunque especialmente las de cereales. Cuando una persona enfermaba, a modo de amuleto protector, se le ponía una bolsa pequeña debajo de la almohada, con el balsámico elemento, confiando con ello en su mejora, y en el caso de enfermedad irreversible, era un ruego para que el enfermo tuviera una buena muerte.
Hasta mediados del siglo XX, se blanqueaba la ropa de la colada con ceniza, la de la Tronca solo era empleada para blanquear ropa destinada a grandes celebraciones de la Casa, como lo era la ropa de un recién nacido, el vestido de una novia, el mantel de Navidad o fiesta mayor, en fin cualquier ropa empleada en acontecimientos importantes de la Casa.
En España, el progreso de la cultura urbana en ciudades y pueblos, además de la hostilidad y recelo con que la Iglesia católica y las autoridades franquistas veían este tipo de manifestaciones populares y festivas, acabaron por hacer desaparecer La Fogata y sus ritos tradicionales, aunque, a pesar de todo, hoy, pequeños y discretos fuegos, diseminados por plazas, jardines o terrazas de todo el país, siguen dando fe de la tozuda supervivencia de la creencia en que el hecho de saltar sobre una hoguera en Navidad protege y da suerte a quién lo hace y le guarda de los maleficios.
La tradición moderna de apalear la tronca para hacerle cagar sus regalos, deriva de ritos ancestrales en los que se golpeaba con respeto el tronco de los árboles sagrados, con el fin de despertar a los aletargados espíritus de la Naturaleza, para que oyeran sus plegarias y ruegos. Los árboles sagrados que solían plantarse antiguamente en los poblados tenían carácter propiciatorio y no eran sino un símbolo de la fecundidad permanente de la Madre Tierra; la Tronca vino a representar la quintaesencia de ese fundamental simbolismo y ritual pagano o, lo que es lo mismo agrario.
No voy a extenderme más, aunque queda mucho por decir, pero tengo el temor de que surja mi etiqueta de pesado, termino comentando en que ha derivado un ritual tan bonito y lleno de significados como lo es la Tronca, que hoy ha quedado reducida a un tronco ahuecado, o una caja de madera, que tras haber sido convenientemente abrigado con una manta, o trapo en desuso, para que no se resfríe, y con el cuidado de los más pequeños de la Casa, se instala junto a la chimenea, si la hay, o en un rincón del comedor o la cocina. Se instale donde se instale los resultados serán los mismos, ya que acabará cagando juguetes y golosinas, durante la Nochebuena cuando los zagales y zagalas, en medio de un notable nerviosismo y revuelo se lo pidan a bastonazo limpio, no es merecedora de más explicaciones, esta costumbre que oculta o tergiversa tan bonitas tradiciones.
Con el auge de las prácticas mágicas entre la población actual, los dos fuegos referidos de Navidad están recobrando lentamente el protagonismo perdido. Aunque muy desposeídos de su identidad primigenia, el de la Tronca se encuentra en un mejor proceso de recuperación, aunque muy desvirtuado y convertido en un juego infantil, forma ésta última que, todos los nacidos hoy así la hemos conocido. Los que tenemos una edad que supera los 60 años, la tronca aunque desposeída ya de los rituales ofrecidos, aún se ponía a calentar junto a la chimenea, dos o tres días antes de nochebuena. A los zagales y zagalas nos ilusionaba pensar, que llegando nochebuena nos iba a cagar, mandarinas, castañas, higos y algún caramelo, todo en pequeñas dosis. Hoy la tronca aunque desaparecida en la forma es mucho más generosa en su resultado, pero muy escasa y pobre, como portadora de ilusión ya que los pequeños de hoy difícilmente se sorprenden o ilusionan con ella, por haber recibido antes los regalos de Papa Noel.
EL AÑO 1903 HAY UN INTENTO DE APAGAR LA FOGATA
Había una costumbre navideña en Campo, seguramente instaurada para darle sentido práctico a la Fogata, (en unos años que seguía encendiéndose, ya desposeída de todos los significados primigenios), dicha tradición estaba basada en la fiesta de los quintos, que se juntaban la víspera de Navidad, fiesta que se dejó de celebrar bien entrado el siglo XX, y que consistía en lo siguiente que voy a relatar.
Vamos a referirnos al año 1903, cuando entran en quintas 19 mozos, que son por orden de nacimiento los siguientes:
Miguel Sesé Rivas.
Fidel Blanch Siqués.
Manuel Mur Aventín.
José Castán Ballarin.
Antonio Abad Molés.
José María Fillat Pons.
Antonio Vidaller Peiret.
José Canales Naval.
Marcelino Juan Pedro Laforga Dafis.
Joaquín Mur Ricarte.
José Mur Castán.
Antonio Ariño Sillés.
José Samblancat Costa.
Manuel Ríu Lacorte.
Antonio Mur Mur.
Joaquín Mur Muzás.
Ramón Peiret Peiret.
Pedro Ballarín Peiret.
Daniel Fuster Canales.
El primer quinto nombrado, es nacido a finales de diciembre de 1882, por lo tanto quinto del 1902, así como el último Daniel Fuster Canales es nacido a primeros de enero del año 1884 y quinto del 1904. Están en la lista de quintos, porque era costumbre invitar al último del año anterior, y el primero del posterior.
En nochebuena se juntaban todos, y después de haber encendido la Fogata junto al resto de mozos, y mientras tomaba fuerza el fuego, los quintos se iban a tomar unas jarras de vino, con algo de "masco", así llamado entonces, lo que hoy conocemos como tapas. En Campo aquellos años había muchas casas, bodegas, cantinas, fondas, colmados o carnicerías donde poder hacerlo, este año en concreto lo hicieron en casa "Milia", hoy conocida por casa "La Modista", casa "Josefina Mercedes", o casa "Toño el Ministro", con cualquiera de estos tres nombres la conocemos todos, seguro que con el nombre citado en primer lugar, muy pocos la ubicarían.
Estando en casa Milia los 19 quintos, viene un joven con la noticia de que la guardia civil está apagando la Fogata, la reacción no se hace esperar, se dirigen todos a la plaza mayor, y con la ayuda de los mozos mayores, como también de más jóvenes que ellos, consiguen que los guardias desistan de apagar el fuego. Después de una pequeña escaramuza con los más de 35 mozos que se juntaron, dejan las labores de extinción, no sin antes informar, que ellos estaban simplemente cumpliendo órdenes del alcalde.
Interrumpido antes de tiempo el ágape de casa Milia, ya no volverán a reanudarlo, quedándose en la Fogata para preparar la cena de los quintos, cuya base era carne asada y vino. El incidente a caldeado el ambiente, y los mozos están envalentonados, por lo ocurrido, haber conseguido mantener la Fogata, y echado atrás la orden del alcalde.
Han terminado la cena, con abundante carne asada, regada con una no menos generosa cantidad de vino, para terminar con turrón casero y pastillos, que siguen regándolos con más vino. El ambiente crispado del principio, a las doce, hora de ir a misa de gallo, está tan alterado que el alcalde opta salir por la puerta de la calle La Iglesia, para ir a dicha misa, la misma puerta trasera que por temor a pasar por delante del enaltecido grupo de jóvenes, decidirá entrar después de asistir a ella.
Llegada la madrugada el ambiente ha subido de tono, está mucho más alterado si cabe, y nadie parece querer ir para casa. El altercado con la guardia civil, les ha dado fuerza y ánimo para estar las horas que hagan falta junto a la fogata, la que van manteniendo encendida. Mientras atizan el fuego cantan jotas y coplas poco respetuosas, dirigidas al alcalde junto a comentarios jocosos y para nada delicados, más bien todo lo contrario llegando a extremos, de amenazas graves, hacia la persona del alcalde (Hoy la fogata no se apaga hasta pasado los Reyes, de siempre se había apagado la madrugada del día de Navidad y así se hizo hasta la década de 1960).
Tan acelerado está el personal que deciden cavar una fosa delante de la puerta de su casa, una vez cavada harán guardia, esperando la salida del citado, para ir a misa de Navidad, una misa que como la de gallo, entonces era de obligada asistencia para las autoridades. No creo hubieran llegado los mozos a llevar a término las amenazas que anunciaron con las jotas y la fosa, lo que sí tuvo que hacer por segunda vez el alcalde es salir con sigilo por la puerta trasera, para oír la misa de Navidad.
Gracias a la decidida forma de revelarse sin miedos y con arrojo los mozos en 1903, hoy seguimos encendiendo la Fogata, ya que con toda seguridad, de haber sido apagada el año 1903 difícilmente hubiera tenido continuidad, un fuego que como hemos podido comprobar, está fundamentado en rituales antiquísimos y es un testigo vivo, de la historia del hombre en su paso por estos hermosos rincones del Pirineo, vaya para todos los jóvenes del citado año, fueran quintos o no, mi recuerdo lleno de gratitud y reconocimiento.
Dedicada a los referidos quintos y jóvenes en general de Campo, entre los cuales se encontraba mi abuelo, y el de tantos otros que hoy felizmente hemos llegado a serlo, he compuesto una pequeña poesía o pareado titulada:
ME CONTABA MI AGÜELO
En los llugás toz tenim
muitas costumbres, bén rancias.
Las beyeban fé de chicoz
y mos gusta felas agora.
Las que fen y las que no
totas mos las contaban los biellos
en la cadiera de casa.
Mi agüelo, m'acordo yo,
contaba cuentos muy majos,
de cuán llegaba Nadal
que yera una fiesta gran
sobre tot ta los de casa, os vecinos y parientes.
El agüelo mos habllaba
de la fogata y la tronca,
de cómo la bendezíban
con vino del tonel chicot.
Del poncho quen to'las casas
se feba ta nochebuena
y dimpués de misa gallo
mos chuntaban las familias,
ta probalo y compará
cuál mos sabeba més güeno.
Proú que mos gustaban toz pos a fuerza de pastillos,
almendras, cirgüels y figas,
cuentos, charrazos y chistes
dixában las ollas buedas.
Com recogeban la lleña
pa la fogata en la pllaza,
per el monte y per la llera eñabeba que fela grán,
pa calentá y asá carne.
Pá acabá decitos a toz,
agüelos u bisagüelos
que'staz descansan en l'otro lau
que perque los años pasen,
tos seguirem recordan,
pa tornatos cuanto menos un trocet,
del amor que mos baz dá.
Este relato, es testimonio de dos de los quintos nombrados, que después de haber manifestado lo comentado, que parece exagerado se mire como se mire, y aunque no justifica para nada la revuelta que se organizó, los testigos apuntaron el motivo principal de dicha amenaza, que estaba relacionado con el abuso de autoridad del alcalde, sobre un tema de apropiación de unos pastos comunales, para lo cual se valió de su cargo. Como ocurre en la mayoría de discusiones, la chispa salta cuando hay un cúmulo de situaciones que la provocan. Los testigos nos dieron las dos nombradas, y yo tengo una tercera que seguramente también tuvo algo que ver en el intento de apagar la Fogata.
Voy a explicarlo, aunque soy consciente que me alargo demasiado. El que haya estado en La Cova d'Axén y observado las fotografías expuestas en la zona del bar, hay una fechada en 1898 donde se ve un crucero, situado en el "suelo" la plaza mayor, un crucero muy alto, con una base escalonada de piedra, donde se ven mucha gente arremolinada sobre ella, lo mismo que alrededor o cerca de él. En dicha foto se aprecia un expectante ambiente en toda la gente, que aparecen luciendo todos sus mejores trajes, en especial la guardia civil con su uniforme de gala, el carretero y un caballo blanco engalanado, para tirar de la carreta, donde se ven personas subidas en ella, que como los demás están vestidos con sus trajes de fiesta, en los balcones también hay gente asomada para no perder detalle de lo que acontezca.
Han puesto una gran pancarta que no revela el nombre del personaje, que es recibido con tanto honor, donde se lee, escrito con letras acorde con el tamaño de la pancarta:
LOOR
DOCTOR ACADÉMICO de CIENCIAS MORALES y POLÍTICAS
Supongo que no está nominada, por no saber el nombre del homenajeado, aunque si su condición de honorable, ya que la palabra "LOOR", significa "manifestación de aprecio y reconocimiento de los méritos o cualidades de una persona".
Este mismo crucero, es el que se traslada al centro de la plaza mayor en 1902, con las mismas piedras de su base, donde se instalará agua potable, procedente de los manantiales que vierten al barranco de San Miguel. Evitando con esto tener que ir al río a buscarla. Mi sospecha se basa en la nueva instalación del crucero y la fuente, que se hizo ocupando el sitio donde se encendía la Fogata desde el año 1561, esto hace pensar que fuera una manera más de disuasión de su encendido. El año 1903 es la primer Navidad que el crucero ocupaba dicho espacio, por esto los mozos y quintos la tuvieron que encender unos 10 metros más abajo, frente a la puerta del alcalde.
El crucero con fuentes de agua potable se terminaría para la fiesta de primavera del mismo año referido 1903, (hasta pasada la guerra civil, se celebraba durante tres días) una fiesta que también tiene mucho que comentar, ya que hasta el año 1882 cuando la iglesia este año llamada de Santa María se dedica a Nuestra Señora de la Asunción, y la fiesta mayor se traslada de primavera al 15 de agosto, con este motivo. En otro trabajo hablaré del tema que aunque más reciente que la Fogata también es poco conocido.
Como se puede ver en la foto de 1898 el crucero está instalado en un punto que dificulta la entrada y salida de los carruajes que iban desde la plaza por la calle el Medio hacia la Rampa. Esto pienso que es un testigo que nos descubre su antigüedad, muy anterior a la fundación de Campo, que además de estar, como es obvio, en un cruce de caminos fuera un indicador del que conducía a Finisterre.
Cosme Castán
ELABORACIÓN DEL MONDONGO EL DÍA 27 DE FEBRERO.
PROGRAMA
A las 10 h. de la mañana del sábado día 27, en los locales de La Cova d'Axén.
Presentación de las afamadas mondongueras Dorotea Campo, Josefina Raso, Consuelo Gasquet, Manuela Gasquet y María Antonia Arcas. Encargadas de elaborar el mondongo y que, a esta hora, ya nos deleitarán con un almuerzo compuesto principalmente de careta de cerdo, panceta y chorizos.
Todo asado a la brasa y regado con un buen vino del Somontano.
Después del almuerzo veremos como las mondongueras elaboran con el oficio y maestría que les caracteriza, todos los productos confeccionados con el afamado "Latón" (cerdo) de La Fueva.
A las 22 h., cena popular, en la que ya podremos degustar los productos elaborados por las mondongueras, tales como morcilla, butifarra, torteta, longaniza, choricé, como también un guiso de costilla de latón con patatas a la riojana, lomo y longaniza a la brasa, todo ello acompañado con ensalada y patatas fritas y regado con vino, cerveza o refrescos, un postre especialidad de "la casa", café y chupito.
El precio por persona es de 22€ los adultos y 12€ los niños, para participar llamar al fijo 974550114 o a los móviles 629346875-----679197632, también mandando un correo a- ccastancampo@hotmail.com - o - ccastancampo@gmail.com -
El éxito de las ediciones anteriores hace que debamos preparar el evento con suficiente antelación para evitar imprevistos, por esto se agradecerá que los interesados en participar, se inscriban y confirmen su asistencia, antes del día 25 de febrero. Gracias.
OS ESPERAMOS A TODOS
Este es un dicho popular que tuvo su vigencia hasta mediados del siglo XX. Hoy de difícil entender para nuestros jóvenes. La poca afinidad y relación de los dichos antiguos con las formas de vida actual, hace que no se entienda bien su "moraleja" a causa de la rapidez con que todo evoluciona en nuestra sociedad, de manera más perceptible a partir del año 1950, ya que desde este año, hemos pasado de ir en burro, a tener comodidades que ni en sueños nos habíamos planteado. Por ello me propongo explicar el sentido del refrán.
Tomando como referencia los primeros años del siglo XX, y refiriéndonos a los "hijos y pollos", saber que en Campo había un promedio de 20 nacimientos por año y de 6 a 8 matrimonios, (en el siglo XIX este promedio era sensiblemente mayor) que da la explicación para entender la cantidad de 62 niños que aparecen en la fotografía de escolares en 1926, (foto expuesta en la Cova d´Axén) y es de suponer hubiera otras tantas niñas, que por norma de aquella época no podían juntarse con los niños, ni en la escuela y por lo visto tampoco en fotografía, unos y otras todos nacidos en Campo, probablemente pasarían de 220 escolares.
El mensaje del título, en relación a los hijos, con estos datos queda probado. Con los pollos ocurre un poco lo contrario. Me explico: en las casas se tenía varias gallinas con el objeto de disponer de huevos para el consumo y algunas docenas que se vendían. El gallo estaba como jefe indiscutible del gallinero, debiéndose de preocupar de cuidar de su "harén" y de que los huevos de sus súbditas, salieran perfectamente embrionados, garantizando así la continuidad de la especie. Hoy ha cambiado totalmente el sistema de producción de huevos, como también el de reproducción, por sistemas industriales que producen ingentes cantidades de kilos de pollo, pero que anulan por completo la figura del gallo, la de la gallina clueca incubando sus polluelos, el clásico cacarear de las gallinas, después de "poner" el huevo en el "ponedó" así como todas las bonitas estampas que en los antiguos gallineros se daban con frecuencia.
Las gallinas "cluecas", después de haber incubado los huevos durante unos 21 días, sacaban unas polladas de diez a doce polluelos cada una. No importaba mucho si salían más pollos que gallinas o viceversa, ya que unas se ganaban muy bien lo que se comían poniendo sobre 700 huevos cada una en un plazo de tiempo de poco más de dos años, para terminar sus días en un exquisito guiso, de los de antaño, o como principal condimento de una buena perola de caldo (esto último anula cruelmente el romanticismo creado, por contra que bueno está el caldo y qué rico el guiso de gallina).
Los pollos eran de vida más corta. Si exceptuamos los que ejercían de gallos que llegaban a cumplir de cinco a ocho años, el resto pasaban a ser comida de fiesta al año o poco más. La rentabilidad de una y otro era parecida ya que el pollo también llamado capón, se vendía por el valor de unas 25 docenas de huevos, de eso se debía deducir lo de "todos son pocos", en referencia a los pollos.
Hoy en particular, el pollo ha perdido aquella categoría que tenía de exquisito manjar reservado para familias de un estatus social acomodado, o como comida para distinguir una celebración de fiesta. Por supuesto que no tiene nada que ver el pollo que hoy consumimos con aquél, ya que ha pasado de dar categoría y distinción en las mesas de antaño, a ser denominado como "farta pobres" por ser una carne que se produce en ciclos cortos de tiempo y en cantidades industriales, que hace sea barato su coste y asequible a cualquier bolsillo, aunque la citada denominación no le favorece, sigue siendo una buena carne y muy recurrida.
Comentar como paradoja, que siendo los huevos y los pollos, lo único que se producía en la mayoría de "casas" y la explicación a lo que voy a comentar, es posible derive de ello. Por ser huevos y pollos los únicos productos de consumo que se podían adinerar, (como complemento de los pocos recursos económicos habidos en la mayoría de las familias) eran guardados como oro en paño, así nació, o por esto, aquel dicho de "cuando seas padre comerás huevos", y la de mirar el pollo más como recurso económico que como fuente de alimentación de la casa. No he dicho bien lo de únicos productos, ya que falta por mencionar el "tocino", que sí servía como principal recurso de alimentación de la casa, aunque ninguna de sus carnes o elaborado mondongo se ponían a la venta.
Vamos a dejar los pollos y voy a plasmar datos que no solo ayudarán a entender mejor lo de los "hijos y pollos". También encontraremos la razón del porqué hay 62 niños en la foto, para esto voy a dar las partidas de matrimonio del año 1914 y las partidas de bautismo desde 1910 hasta 1915, ambos incluidos.
MATRIMONIOS 1914
Mariano Viñuales Callen y Julia Blanch Mur, se casan el 13 de Enero, él hijo de Tomas y Estefanía, de Sesa. Ella hija de Manuel y Dolores, de Campo (cuchareros).
Antonio Sanz Miró y Basilia Pallaruelo Aused, se casan el 14 de Febrero, hijo de Antonio y Evarista, de Laspuña (herreros). Ella hija de Melchor y Trinidad, de Campo (herreros).
Joaquín Pallaruelo Serena y Serena Lacambra Morillo, se casan el 17 de Marzo, hijo de Joaquín y María. Ella hija de Joaquín y Serafina, de Arasanz.
Joaquín Mora Troc y Manuela Pallaruelo, se casan el 13 de Junio, él hijo de Joaquín y Antonia, de Espes. Ella hija de Joaquín y María de Campo.
José Ballarin Aventin y Josefa Mur Mur, se casan el 25 de Abril, él hijo de Francisco y María (albañil). Ella hija de José y Victoriana (cuhareros), todos de Campo.
Joaquín Fortuño Fortuño y Josefa Samblancat Costa, se casan e 2 de Mayo,él hijo de Manuel de Serrate y Manuela de las Vilas de Turbón. Ella hija de Joaquín y María, de Campo.
Manuel Ballarin Buil y Josefa Vidaller Sierra, se casan el 26 de Diciembre, hijo de José y Ramona (de Seira). Ella viuda de Joaquín Ballarin (hermano de Manuel, que se casó con Josefa el 4-6-1913), hija de Pedro y Teresa.
NACIMIENTOS DE 1910 HASTA 1916 EN CAMPO
Joaquín Mur Aventin--1--1--10. José Mora Larramona--18--1--10. José María Blanch Blanch--14--2--10. Concepción Vidaller Ballarin--17--2--10. María del Carmen Boj Blanch--24--2--10. Joaquín Sanz Mir--27--2--10. María Canales Catillón--10--3--10. Hermenegildo Castillón Güerri--13--4--10. Joaquín Peired Maurín--21--4--10. Felipe Antonio Guillén Laborda--1--5--10. José Manuel Altemir Mur--2--5--10. Manuela Aurelia Boya Saura--16--6--10. José María Canales Canales--3--7--10. Manuel Lorenzo José Salinas Fillat--10--8-10. María Abad Ariño--29--8--10. Teresa de Jesús Falcó Dolado--7--9--10. Jesús Morancho Costa--3--10--10. Matilde Pallaruelo Villar--6--10--10. Salvador Sillés Laforga--3--11--10. Lucía Castan Güerri--14--12--10. Jaime Ballarin Sillés--28--12--10.
Total nacidos en 1910--13 niños y 7 niñas.
Daniel Saura Canales--3--1--11. Amalia Ballarin Mazana--22--1--11. Delfín Galindo Beguer--25--1--11. Manuel Mora Larramona--18--2--11. Antonio Santamaría Póns--20--2--11. Ramón Ferriz Mur. Isabel Ballarin Solano--14--3--11. Antonio Riu Vidaller--25--3--11. Gaspar Alós Peired--20--4--11. Antonio Aventín Nerín--27--4--11. José Pera Sesé--1--5--11. José María Ballarín Galindo--1--5--11. María de la Concepción Fumat Castan--27--5--11. Antonio Costa Riu--5--6-11. Antonio Ferraz Peired--8--6--11. Antonio Solana Espuña--30--6--11. María Larramona Costa--4--7--11. Antonio Enrrique Blanch Blanch--15--7--11. José Samblancat Ballarin--20--7--11. Antonio Lanau Mur--29--7--11. Antonio Puyalto Castan--19--9--11. Maria Castan Vidaller--25--10--11. Marcelino Laforga Sillés--20--9--11. Joaquín Mongay Cereza--5--10--11. María del Pilar Boya Saura--16--10--11. Teresa Mur Gea--30-10--11. María del Carmen Riu Pallaruelo--1--11--11. Manuel Altemir Mur--30--10--11. Josefa Fuster Canales--17--11--11. María de las Nieves Boj Blanco--19--11--11. Eusebio Puertas Pallaruelo--3--11--11. Manuela Pons Feixa--30--12--11.
Total nacidos en 1911-- 20 niños y 11 niñas.
Teresa Mur Aventin--29--2--12. Ángel José Serveto Nerín--25--3--12. José Sese Ballarin--31--5--12. Severina Piedad Canales Canales--7--6--12. Mariano Canales Castillón--14--6--12. Manuela Villa Loriente--27--7--12. Santiago Mora Larramona--24--7--12. María Beguer Garanto--7--8--12. María de la Asunción Pallaruelo Aused--15--8--12. Joaquín Vidaller Ballarin--14--8--12. María de los Milagros Aused Mascaray--7--9--12. Joaquín Fuster Aused--17--9--12.--Josefa Blanch Ballarin--29--9--12. Antonio Castan Ballarin--7--10--12. María de la Encarnación Guillén Laborda--16--10--12. Miguel Ballarin Mazana--26--10--12. José María Jesús Puertas Pallaruelo--18--12--12. María Mur Lacoma--24--12--12. Josefa Pallaruelo Nestares--25--12--12.
Total nacidos en 1912--9 niños y 10 niñas.
Ángel Pueyo Roy--3--2--13. José Antonio Ballarin Costa--10--2--13. Jesús Falcó Dolado--12--2--13. Josefa Ariño Abad--1--3--13. Manuel Mur Gea--21--3--13. María Riu Vidaller--1--3--13. Petra Josefa Mur Aventin--15--3--13. Josefa Abad Ariño--4--4--13. Aurora Josefa Sillés Laforga--5--4--13. José Samblancat Costa--11--4--13. José Saura Canales--23--4--13. Luis Beguer Cereza--27--4--13. José María Ferraz Peired--30--4--13. Jacinto Consul Pubil--22--6--13. Ramona Pallaruelo Villar--21--6--13. Ramón Morancho Costa--7--7--13. Joaquina Ana Solana Espuña--26--7--13. María de la Asunción Victorina Larramona Pac--6--9--13. Joaquín Ferriz Mur--20--9--13. Carlos Nebrida Pineda--4--11--13. Eugenia Samblancat Ballarin--15--11--13. Josefa Alos Mur--30--11--13. Joaquina Altemir Mur--2--12--13. María Ballarin Perez--12--12--13. María Riu Nicolau--24--12--13.
Total nacidos en 1913--12 niños y 13 niñas.
María de las Mercedes Monserrat Ballarin Sillés--8--1--14. Jesús Enrique Lailla Forment--12--1--14. Irene Jimenez Llena--7--1--14. Ecarnación Aused Mascaray--17--1--14. José Daniel Fuster Canales--21--1--14. Santiago Amado Laforga Sillés--4--2--14. Ramón Lancuentra Mur--14--2--14. Julia Mora Larramona--22--3--14. José Pera Serena--31--3--14. Fidel Blanch Piquer--28--3--14. Encarnación Rosario Montoliu Molins--6--4--14. Rafael Hernandez Berdú--10--4--14. Antonio Eduardo Lopez Javierre--11--4--14. Josefa Mongay Cereza--15--4--14. María del Carmen Boj Blanco--10--5--14. Ramón Pallaruelo Nestares--10--5--14. Asunción Canales Castillón--16--5--14. Piedad Trinidad Canales Canales--5--6--14. José María Castan Mata--30--7--14. Ricardo Cortés Gil--3--8--14. Ángel Andrés Larramona Pac--5--9--14. Carmen Vidaller Santorroman--23--9--14. Cristóbal Sillés Laforga--20--10--14. Joaquín Castan Güerri--24--10--14. Manuel Mur Villega--23--10--14. Francisco Larramona Costa--2--11--14. José Cándido Pera Sesé--14--11--14. Jesús Nebreda Pineda--6--11--14. Manuela Lanau Mur--16--11--14. Mercedes Riu Sierra--17--12--14.
Total nacidos en 1914--18 niños y 12 niñas.
Elvira Dorotea Costa Riu--6--1--15. Sebastián Victorián Ballarin Galindo--12--1--15. Vicente Peired Maurin--22--1--15. Elvira Joaquina Solana Espuña--31--1--15. Jesús Juan Boya Saura--14--2--15. Antonio Blanch Ballarin--17--2--15. Josefa Mur Gea--1--3--15. Joaquin Consul Pubil--31--3--15. María de la Encarnación Saura Canales--31--3--15. Ana Rivas Sanz--16--4--15. Usicia Ballarin Blanch--28--4--15. María de la Asunción Puertas Pallaruelo--29--4--15. María del Pilar Ballarin Mazana--4--5--15. Genoveba Josefa Ballarin Mur--5--5--15. José María Lancuentra Mur--19--5--15. Jesús Juan Guillén Laborda--12--6--15. Manuela Jesús Samblancat Costa--11--6--15. Aurelia Consolación Serena Mascaray--16--6--15. Joaquín Ramón Fortuño Samblancat--21--6--15. María del Pilar Castell Blanch--28--6--15. María de las Mercedes Gabarrús Calvo--24--6--15. Carmen Aused Mascaray--12--7--15. Antonia Aused Mascaray--12--7--15. Joaquín Guillén Cereza--21--7--15. Antonio Beguer Cereza--27--7--15. Joaquín Luís Samblancat Ballarin--19--8--15. Pilar Adoratriz Ariño Abad--12--10--15. Baltasar Alos Mur--27--10--15. Basilia Fuster Aused--16--11--15. Primitivo Cortes Gil--27--11-15. Josefa Concepción Altemir Mur--6--12--15. Alfredo Blanch Blanch--2o--12--15.
Total nacidos en 1915--14 niños y 18 niñas
Daniel Manuel Fuster Canales--3--1--16. María del Carmen Ferraz Peired--13--2--16. Manuel Pera Serena--9--3--16. Joaquín Vidaller Artieda--3--4--16. Josefa Falcó Dolado--6--4--16. Joaquín Solana Espuña--8--6--16. Emilio Justino Mur Turmo--17--8--16. María del Pilar Mur Lacoma--21--8--16. Josefa Lodo Anmella--2--8--16. Antonio Sanz Pallaruelo--1--9--16. José Pallaruelo Nestares--4--9--16. José Antonio Ballarin Sillés--1--9--16. Juan Bautista Laforga Sillés--9--9--16. José Nicolau Larramona--27--9--16. Manuela Aurelia Castan Mata--25--9--16. Jesús Riu Vidaller--19--10--16. José María Serena Mascaray--13--11--16. Manuel Ballarin Mazana--24--1--16. Josefa Barbara Sesé Espot--4--12--16. Florentina Francisca Larramona Pac--3--12--16. Antonio Canales Canales--11--12--16.
Total nacidos en 1916--14 niños y 7 niñas
Esta relación de nacimientos nos demuestra la fuerza y valentía de aquellos jóvenes, que con muchas carencias y pocas comodidades, eran capaces de alimentar con su trabajo familias de ocho a diez miembros, haciendo bueno el dicho de "hijos y pollos todos son pocos", también se comprende mejor la categoría de la carne de pollo en aquellos años, como la de los huevos, que como hemos comentado, eran un complemento económico importante para las familias, negocio atendido esencialmente por las amas de casa, que dicho sea de paso, eran unas extraordinarias economistas, que conseguían de esta forma ahorrar toda la paga del marido por pequeña que fuera esta.
Hemos citado el tocino como principal, gallinas, pollos y aún nos queda como recursos de alimentación, los conejos, palomos y patos, presentes en casi todos los corrales y falsas de las casas de Campo, hasta los años 1960--1970. Todo lo dicho los que hemos pasado de los 60 años lo entendemos muy bien por haberlo vivido. Los más jóvenes no tanto, esto lleva a que tengamos diferencias con los jóvenes a la hora de elaborar una escala de valores. Uno de estos valores referido a la economía, nosotros la sobre-valoramos, y ellos no tanto ya que hemos procurado como padres facilitarles la vida, para que no tuvieran carencias. Y claro, esta comodidad no ayuda en nada a entender el valor de las cosas.
Todo esto tiene una explicación en lo generacional muy sabida por su lógica, y es esa cantilena tan vieja como cierta que dice: “Lo que una generación hace, la siguiente lo conserva y la tercera lo vende.
Cosme Castán
Cuando se trabajaba restaurando la iglesia de Campo, estando los pintores decapando el cimborrio central, aparecieron unos colores que me recordaron los que había visto en el año 1970 en la Espelunga (antiguo eremitorio de San Victorián), esto hizo que lo comunicara al director de patrimonio de la Diócesis Don Enrique Calvera, que fue quién después de atender mi teoría sobre el significado de dichos colores, (una teoría que aprendí de una gran persona, tanto como buen maestro, Don Manuel Iglesias Costa en 1977, por lo que considero que gracias a él, hoy podemos seguir disfrutando de estas formas de expresión de los monjes) decidió restaurarlos con los mismos tonos que habían aparecido, pienso que de forma muy acertada, ya que son colores donde los monjes de San Victorián reflejaron, como veremos, además de significados sus formas de vida.
Situándonos bajo el cimborrio octogonal, y en su base, vemos un fino cordón de color azul que lo circunda, en dicho cordón nacen dieciséis bandas también azules apuntando hacía lo más alto, que se reducen en su anchura a medida que se van acercando a la cúpula (donde está representado el espíritu santo en forma de paloma), a unos sesenta o setenta centímetros de su arranque, son cortadas por una banda ancha de color blanco, para seguir en su prospección hacía lo más alto de la cúpula donde se juntan las dieciséis.
Desde el fino cordón azul de la base, y de banda azul a banda azul, hasta llegar a la circunvalación blanca, los dieciséis espacios están pintados de marrón tierra, y es muy probable hicieran referencia a otras tantas pequeñas casas con huerto junto a ellas, donde vivían con recogimiento los eremitas, seis de las cuales estaban ubicadas en Arasán, junto al pantano de Mediano, el resto formaban parte del Monasterio (en un plano de San Victorián del siglo XVIII, se pueden apreciar las diez viviendas con huerto restantes, hoy desaparecidas). Esto no se puede aseverar puede que sea una simple coincidencia, ya que es de suponer que las vocaciones a monje no estuvieran limitadas.
Los colores llevan asociados varios significados, que los monjes conocían muy bien, como veremos, sintetizando decir que el blanco es el color que se les atribuye a los Dioses, y entre otros, hacen alusión a la perfección, pureza y virtud.
El azul en muchas culturas es el color de lo divino, asociado con lo eterno, ya que las cosas que apreciamos más infinitas y grandes, como el mar y el cielo, las vemos de este color, además de representar la lealtad, la confianza, la sabiduría, la fe, la verdad, la honradez, la fidelidad siendo un color asociado o típico de lo masculino, si observamos el manto de nuestra Virgen de la Asunción es de un azul cielo que indica su divinidad, no así el de las bandas que es de un azul cobalto, que después explicaremos la razón.
Como vemos son muchos los significados del color azul, el manto de la virgen azul cielo, hace referencia solamente a su divinidad, la virtud y la pureza están reflejados con el blanco. Por esto la franja que circunda el cimborrio cerca de su base, es de un blanco sucio, los eremitas lo pintaron así demostrando su condición humana, en nada comparable con la pureza y virtud que representa el blanco.
El color marrón además de ser el color de la tierra, por tanto relacionado con la Naturaleza, significa, tranquilidad, responsabilidad, compromiso, seriedad, fragilidad, anonimato, renuncia al mundo siendo este último el preferido para los eremitas por representar la humildad y el servicio, por esto los cristianos antiguos y los monjes lo llevaban en su vestuario o hábito.
Viendo los significados de los colores del cimborrio de nuestra iglesia, nos llevan a conocer mejor a aquellos antiguos monjes o anacoretas, que desde su aislamiento y sencillez dedicaban su vida al servicio de toda la sociedad, con profunda convicción de que las plegarias y la oración elevadas al supremo, eran el mejor medio y manera para exconjurar, ya fueran tormentas, plagas, pestes, o invasores, y de rogar por las personas, animales o cosechas, dedicando y consagrando sus vidas a ello, haciendo así honor al significado de su vestuario. Una humildad y servicio que de modo tan sutil nos muestran mediante los citados marrones cortados que podemos observar en la cúpula.
Un marrón que si volvemos la vista hacia San José, o San Joaquín, veremos que también están representados con este color en parte de sus vestiduras, aunque en este caso habría que suprimir el principal significado en los eremitas, cual era la renuncia a lo mundano.
Debo confesar que el día que se inauguró la iglesia recién restaurada, fue mucha mi emoción, el mayor motivo de ella derivada de haber sido uno de los que influyó, en restaurar las pinturas así como el recuerdo del que siempre estará en mi memoria, por haberme introducido en el amplio mundo del conocimiento, enseñándome muchas cosas interesantes, como la citada y otras que irán saliendo, haciendo siempre gala de una gran sabiduría, bondad y paciencia de buen docente, por ello el grado de interés que pueda tener, este u otros trabajos que haga sobre sus enseñanzas, el mérito siempre será de Don Manuel Iglesias.
Estos colores que a mí me emocionaron, fueron motivo de critica, alegando mal gusto al compararlos con los que se pusieron nuevos, aunque estoy seguro que conociendo su historia y el por qué se aplicaron, no puede haber nadie capaz de hacer un comentario despectivo hacía ellos, por esto que las opiniones poco informadas, pienso que pueden llevar a equivocación.
Equivocaciones que sin tener que salir de la iglesia, podemos encontrar, me refiero a la imagen tallada en madera de nuestro santo local San Bllascut, una imagen que en nada coincide con su historia, una historia que el obispado de Barbastro, conoce o debería conocer muy bien, ya que Don Manuel Iglesias, mucho antes de morir, valiéndose de unas crónicas árabes del siglo X supo documentar con el rigor y sabiduría que le caracterizaron durante su vida, parte de las citadas crónicas las publicó en el número 10 de la revista Aragonia Sacra, editada en 1995.
Voy a exponer un par de datos, de los muchos que hay, que, conociéndolos nos será más fácil entender y comprender, las diferencias que surgen entre historia y leyenda. Todas las leyendas tienen algún punto en común con la historia, esta de San Bllascut, también los tiene, y voy a seguir trabajando para exponerlos con el rigor documental que se merece.
San Bllascut es nacido entre finales del siglo VI, y primeros años del siglo VII, muere a los 80 años en el Monasterio de San Pedro de Tabernas, donde ingresa a la edad de 42 años, dejando en el país de Aben Belaskot (así llamado el valle hasta el año 959, cuando lo denomina el obispo Odisendo de Roda como Ball Axén), a la mujer y tres hijos. Decisión que toma, por negarse a abrazar la doctrina del Islam. Solo sabiendo esto, cómo puedes encargar una talla donde el representado no aparenta más de 30 años.
Otro detalle de orden cronológico, es el que según la creencia popular San Bllascut ejerció de correo entre su Monasterio y el de San Victorián, y en uno de los viajes fue víctima de los sarracenos, que según reza la leyenda le cortaron las orejas, martirio muy improbable, dado que el Monasterio de San Pedro de Tabernas no es dependiente del de San Victorián hasta el año 1036, San Bllascut tuvo una vida muy longeva como ya hemos dicho, nada menos que 80 años, muchos para su tiempo, pero no tanto como para vivir más de tres siglos, por lo tanto no es creíble y menos probable, ejerciera de correo.
Hemos comentado del color blanco, azul, y el marrón, sobre los tres hay testimonio en muchas de las iglesias y ermitas que pertenecieron en su día al Monasterio de San Victorián, se podían encontrar hasta hace unos cuarenta años, en La Espelunga, o San Victorián, y aún hoy en la ermita de San Antonio, (que esta camino de La Espelunga) en San Juan de Toledo, en la Virgen de Bruis, en Fosado, en Torrolisa y San Lorién, en la Fuensanta, etc. cito los más cercanos, porque sabiendo que en los siglos XVI y XVII, el Monasterio tenía 56 pueblos bajo su dominio, la enumeración de ermitas e iglesias con pinturas similares, por lo tanto seria muy larga.
Unas pinturas muy parecidas todas no solo en color, también en las formas, lógico si pensamos que el pintor o pintores eran monjes pertenecientes al monasterio de San Victorián, y en referencia al color azul, saber que desde 1750, había una mina de cobalto en San Juan de Plan, mineral hoy muy empleado en rayos X, y medicina molecular, que antiguamente solo se empleaba, en la coloración y pigmentación de cerámica y pintura, el azul cobalto es el que aparece en las citadas bandas del cimborrio, que como se puede observar es un azul sin adulterar, seguramente lo pusieron así por conservar de manera más fiel algunos de sus significados, como podían ser la lealtad, la confianza, la verdad o la fidelidad.
Para terminar quiero hacer un comentario sobre la reciente restauración de La Espelunga, por ser su recuerdo de 1970, el que ha sido causa de la fiel restauración de los colores de la cúpula de nuestra Iglesia. Una restauración que no ha sido tal, solo han hecho una rehabilitación, a base de revoques con mortero, que aunque sirve para que no termine en ruina lo que queda del eremitorio, han borrado totalmente cualquier indicio o vestigio, del esplendor e interés que tuvo hasta no hace más de cien años, lástima que en estas obras no intervengan técnicos con un mínimo de sensibilidad hacía el patrimonio.
Raymundo Güerri Franco está casado con Benita Torres Fondevila, y ejerce el oficio de herrero en Campo, oficio que desde muchos años han ejercido todos sus ascendentes de la rama paterna: su padre Raymundo Güerri Perruc que baja de Benasque para casarse con Francisca Franco Sierra, y sus tíos y abuelo que tienen la herrería en Benasque, en “Casa el Relojero” nombre que con seguridad deriva de la fabricación de relojes habida en dicha casa-- herrería, ya que se ha encontrado una pieza de un reloj de pared, donde aparece una inscripción grabada con cincel donde se lee: “Me hizo Juan Güerri en Benasque año 1726” y encabezado con el nº 36 que seguro debe corresponder al número de reloj fabricado. Este Juan Güerri era hermano de Raymundo Güerri Perruc, que ya hemos citado como padre y artesano del hierro, del que será el protagonista de la historia que voy a relatar, por lo que a partir de ahora lo citaremos solo por su nombre.
Raymundo está instalado en la vieja herrería de casa Armisén (aún hoy se conserva dicho local) la guerra de La Independencia de 1808, como sabemos será muy cruel, como todas las guerras lo son, y muy devastadora, especialmente en los pueblos cercanos a la frontera con Francia, con los que los soldados franceses se ensañan de una manera exagerada y brutal cuando ya vencidos deciden la retirada.
Campo será uno de los muchos pueblos que sufrirán esta devastadora retirada, dejando un desolador panorama, del cual tardará muchos años en recuperase, ya que el pueblo de Campo además de sufrir un vandalismo exacerbado es incendiado, sin que los pocos habitantes del pueblo puedan hacer nada más que observar como todo el esfuerzo de una vida, es consumido por las llamas y expoliados los escasos objetos de valor que tienen.
Todas las casas quedan con los tejados quemados y muy dañadas parte de sus estructuras. El tejado de la iglesia no lo pueden quemar por ser de losas de piedra, pero si lo desmantelan tirando las losas a la calle y rompiendo las cristaleras del cimborrio central, y dentro de la iglesia destruyendo todo lo que pueden. Así ocurre también con la ermita de San Bllascut, la cual dejan descubierta, es de losas como la iglesia, y dentro de la ermita queman los bancos, la puerta de entrada y el cuadro o lienzo situado donde hoy está el que lo sustituyó. Queman y destruyen el Convento de San Miguel y la casa del Prior que está junto al Convento (hoy casa La Miguela, el Convento comprendía lo que hoy es casa Boyón, y casa Collada) siendo la que da nombre a la que desemboca en la Plaza Mayor, calle Prior .
Un desastre que Campo tardará muchos años en recuperarse, Pascual Madoz en su Diccionario—Geográfico—Estadístico—Histórico, comenta refiriéndose a Campo: … hay además un edificio que demuestra haber sido casa fuerte en tiempos muy antiguos… y que después sirvió para granero en épocas diezmeras, en el cuál se halla hoy la cárcel; otro que fue casa municipal muy decente, pero que destruida en la guerra contra la Francia, ha sido rehabilitada muy mezquinamente para este objeto. La casa fuerte en tiempos muy antiguos (se refiere a casa Rubiella), casa encargada de cobrar los diezmos y primicias del Abadiado de San Victorián muchos años antes de la fundación de Campo. El comentario sobre la casa municipal certifica lo comentado sobre la retirada de los franceses.
Dicho esto, voy a comentar como los desastres de la guerra influyeron, y de qué manera, en el culto y creencias de los campenses hacia nuestro santo local. La ermita de San Bllascut está edificada antes de la fundación de Campo, cuando en el Ball Axén, donde hoy está ubicado el pueblo, solo estaba la iglesia de Santa María y casa Rubiella, nombre éste que bien podría corresponder a “Regente de la Villa”. Era la casa que se encargaba de cobrar los diezmos y primicias del Abadiado, así como de atender el molino y donar los préstamos trienales cuando algún comarcano los solicitaba, los préstamos generalmente se daban en harina (por esto lo del molino, que también estaba montado antes de la fundación de Campo).
Desde siempre en Campo ha habido casas encargadas del mantenimiento de la ermita de San Bllascut. Antes de 1460 los encargados eran casa Rubiella, casa Lecina y casa Aguilá, estas dos últimas fueron de las fundadoras del pueblo. El invierno del año 1813 será recordado en Campo durante muchos años por los desastres comentados. Todas las casas están afanadas en su restauración, quieren arreglar lo más imprescindible antes de fin de año, para protegerse del frio invierno. Las tres casas encargadas de la ermita se afanan por tenerla cuanto antes restaurada, para esto se encargan nuevos bancos, puerta de entrada, se restaura la cubierta con teja árabe, se encarga un nuevo lienzo para reponer el quemado y la lámpara de aceite, se le deja al herrero Raymundo para su arreglo, había quedado muy maltrecha, y aunque hoy podamos pensar que mejor hacer una nueva, en aquellos años los artesanos cobraban casi todos sus trabajos con el muy recurrido trueque, lo que llevaba a no tener que soltar dinero.
El alcalde en ese año es José Peired de casa Rubiella, lo que resultará ser una suerte, uno por ser miembro encargado del mantenimiento, dos por la estrecha relación habida con el Abadiado, que por ser éste uno de los más afectados en los desastres comentados, estará muy receptivo y presto a solucionar los problemas con premura, más si cabe en lo concerniente a la iglesia y la ermita, en relación a esta última el abadiado se encargará de pintarla, y también de la elaboración del nuevo lienzo, que será el que hoy luce en San Bllascut.
Volviendo con la maltrecha lámpara y su arreglo, pasó lo que hasta hace pocos años aún ocurría en Campo cuando solicitabas un arreglo de algún artefacto o herramienta en la herrería, que después de percatarse el herrero de la solución al problema, te decía:
- “Díxala per astí”.
Y si tardabas un tiempo en ir a buscarla, te arriesgabas a tener que buscarla entre un amasijo de hojalatas y hierros. Algo de esto debió de pasar con la lámpara, ya que en la primavera del 1814, se había rehabilitado el tejado, se había colocado la puerta nueva, estaban los bancos repuestos y pintada la ermita, solo faltaba el lienzo y la lámpara.
A Raymundo le llegaban quejas y críticas no solo de los tres encargados, también de todos los vecinos, más si cabe cuando llegó la fiesta de primavera y la lámpara seguía sin restaurar. Llegó la fiesta de agosto y la ermita seguía sin lámpara. Las reclamaciones al herrero, ya son con salidas de tono y mal humoradas por parte de todos. Hartos de tanta insistencia surgen los comentarios:
- “Iste Ferrero s`abrá tornaú sordo del tot, non fá caso de ninguno, igual dá habllá con él que con la paré”.
Según las noticias y algún documento escrito llegados hasta hoy, doscientos años después de lo relatado, se puede dar por cierto, que Raymundo perdió en un año y medio casi totalmente el oído, y cuentan que después de arreglar la lámpara, y colgarla en la ermita la primavera de 1815, fue recobrando el oído paulatinamente en el mismo tiempo que lo perdió.
Hay mucho más para contar sobre todo del lienzo que se repuso en 1816, donde la reproducción estuvo condicionada y adaptada a la leyenda popular, que hoy sabemos tiene demasiado de leyenda y muy poco de rigor histórico, pero lo dejo para otra ocasión.
Termino con la descendencia de Raymundo Güerri Franco y Benita Torres Fondevila. Benita es nacida en casa Pedro Torres.
Un hijo de este matrimonio, José Güerri Torres nacido el 4—10—1798, se casa con Joaquina Canales Castán, el 31—3—1823.
Un hijo de este matrimonio, Joaquín Güerri Canales, nacido el 28—10—1827, se casa con Josefa Pons Peired, el 25—11—1863, Josefa es nacida en casa Aguilá, Joaquín ejercerá el oficio de herrero, en lo que hoy es casa Sermo.
Una hija de este matrimonio, María Güerri Pons, nacida el, 1—3—1871, se casa con Miguel Castán Sillés, nacido el 19—7—1862, y casados el 20—6—1891. Estos son mis abuelos paternos que rompen con la tradición de herreros, bajados de Benasque, Miguel además de agricultor ejercerá el oficio de “Malladó de Caimo”. No he conocido a mi abuelo, pero por lo que he sabido de él, tenía muy buen humor además deser muy castizo.
Entre las anécdotas que han trascendido de él hay una que lo define y corrobora lo dicho. La cuento porque es corta y esto no da para más.
Miguel era el mozo más alto de Campo. Cuando lo tallaron ese fue el resultado, en aquellos años te librabas del servicio militar si pagabas 200 pesetas, además de pagarlas debías manifestar la causa por la que creías debían librarte, para hacerlo constar donde procediera , Miguel después de pagar los cuarenta duros, alegó… ¡ ser corto de talla!
Buenos días:
Solo unas palabras para agradecer a vuestro Diario la publicación del escrito titulado "Curiosidades de Graus", en el dominical del día 3 de mayo, de haber sabido su lugar de publicación no lo hubiera sintetizado tanto.
El tema que hoy os envío, también quedaría muy bien, publicándolo en una página donde se pudiera insertar la foto que os adjunto, con el escrito siguiente:
A los que hurgamos en la historia y las costumbres de los pueblos, nos es grato recibir documentos que te ayuden a reflejar y plasmar con rigor parte de las vivencias y costumbres de tu pueblo, en este caso el documento es un programa, de la segunda fiesta de Campo del año 1935.
Una fiesta que como vemos, está cargada de actos y actividades, y lo más curioso y bonito al mismo tiempo, es que todos los-las artistas que protagonizan dichos actos son jóvenes de Campo, incluida la orquestina OP-MAC, con sus ocho músicos, y que según reza el programa, es su primera actuación y presentación en público.
El programa y su contenido es muy elocuente, así como su título "GRANDES FIESTAS EN CAMPO", aportando unos interesantes datos que hay que agradecer haberlos encontrado, a una de las artistas que participaron en la obra de teatro, la entonces niña Manuela Bellera, quién guardó como recuerdo de su actuación el programa anunciador que publicamos, y que nos da unos interesantes datos para poder escribir con rigor y detalles curiosos lo que era esta segunda y gran fiesta de Campo, que vista su espléndida programación, difícil de superar por la fiesta mayor del 15 de agosto.
Todo el programa en si es emotivo, porque hace que te imagines un pueblo lleno de vida y mucha gente predispuesta a preparar y vivir unos días de fiesta con gran gozo y alegría, que después de ver la variada oferta de actuaciones, ya sea la ronda con los afamados cantadores de jota locales, serenatas, misa cantada, zarzuela, obras de teatro, romería, bailes y conciertos, todo esto amenizado por la novedosa orquestina local, y teniendo como artistas y protagonistas de todos los actos a jóvenes, niños y niñas de Campo, en fin que todo lleva a pensar que nuestros padres y abuelos, con menos medios, pero con mucha dosis de trabajo, ilusión y buena convivencia, sabían preparar unas fiestas para todos, muy bien programadas, delicadamente cuidadas, divertidas y no menos emotivas, con la colaboración y participación de todo el pueblo.
Hay un dato en el programa, que me ha ilusionado especialmente, es el nombrar la plaza mayor como "PLAZA DE LA REPÚBLICA", nombre que aunque sabía de su existencia por transmisión oral, no tenía ningún documento que la denominara como tal. Si que tengo una foto, con el nombre anterior de dicha plaza, foto aportada por Joaquín Canales Pallarés, en la cual se ve como el gobernador de la provincia de Huesca, descubre la placa de piedra, que lleva grabado su nombre, "PLAZA DE FERNANDO RIVA" colocada en el año 1926, entre el porche de casa Perico y el de casa Chandoz, (la citada foto está expuesta en el bar de La Cova d`Axén, junto a la de la orquestina OP--MAC ) en la foto se ven las autoridades sentadas sobre una amplia tribuna, donde destaca el citado gobernador de pié agradeciendo al alcalde D. Jesús Falcó, el honor de descubrir la placa que le han puesto con su nombre en la plaza mayor, donde permanecerá hasta el año 1934, año en que se sustituye por la que consta en el programa.
Cosme Castan