Hoy en España pronunciar la palabra Independencia se relaciona automáticamente con Cataluña, de la misma manera que le asociamos un conflicto de difícil solución, dado el mucho tiempo que lleva propuesto por parte de los dirigentes de Cataluña y los pocos avances conseguidos al respecto, por la tajante negativa del Gobierno de España a debatir sobre ello, y el rechazo hacia todo lo referente a España que tiene el gobierno de Cataluña. (lo que no digo con ello "los catalanes")
La culpa nadie la quiere, y aún menos la reconoce, por eso la dificultad de solución, cualquiera que sea el problema sino hay disposición ni voluntad de diálogo por las partes implicadas. Todos sabemos que nadie está en posesión de la verdad absoluta, más sabiendo esto no nos dignamos a exponer los razonamientos que nos han llevado a concebir la nuestra, y menos a escuchar los que manifiestan la contraria, que está claro no coinciden, pero, si estamos dispuestos a escucharlas, cabe la posibilidad de llegar a puntos donde, partiendo del pensamiento expuesto, creo que se pueden hallar encuentros, en un problema que por enconado que esté, como ocurre hoy con la solicitada independencia de Cataluña que seguro los hallarían, si las dos partes se dignan como vulgarmente se dice a "bajarse del burro".
Una solución que no se dará, mientras no se pongan de acuerdo en razonar sus propuestas, y escuchar las de la parte contraria. Siempre que persistan en el sí porque sí, o nó porque nó, será imposible que llegue a buen término el acuerdo sobre independencia o no independencia, y sea una u otra la propuesta que triunfe, no será un triunfo lo conseguido sino una imposición de uno sobre el otro.
Por otra parte quiero hacer un comentario (sin ninguna intención de vincularme a una u otra posición), referido a la España del S. XI y XII. Cuando en nuestra Península, además del Reino de Portugal, estaba el Reino de León que comprendía además de León, Salamanca y Zamora, todo lo que hoy es Galicia. El Reino de Castilla que comprendía el resto de provincias castellanas y el País Vasco. El Reino de Navarra, y La Corona de Aragón. Por último el Califato de Córdoba o Al--Andalus el más extenso al que también pertenecían las Islas Baleares, Extremadura, Ciudad Real, Toledo, Cuenca...y Andalucía. Una distribución de España que se da la curiosidad, de que ninguna de las comunidades que hoy aspiran a la independencia existía, en los citados años. Por lo que el argumento de que son comunidades históricas y muy antiguas, queda un tanto cojo, lo de históricas puede valer, lo de antiguas desde la fecha citada del S XII como poco.
Cosme Castán Campo