Una de las carreras más ilusionantes y gratificadoras para quien la ejerce, es la de Filántrop@. Necesaria en un mundo lleno de egoísmos donde cada día arraiga con más fuerza ese conocido dicho de: "tanto tienes, tanto vales". La valía de las personas se relaciona solamente con el dinero, convirtiéndolo en un fin, una finalidad que nos agobia y enferma a la inmensa mayoría, que vemos lo difícil que nos resulta simplemente sobrevivir. Para el que tiene el poder y el dinero (los menos) es a la inversa: sin grandes esfuerzos van aumentando sus fortunas, ayudados por unos políticos que, en vez de poner la mirada en los agobios de la mayoría y buscar soluciones, se afanan en trepar por la escalera del dinero y el poder, con lo que consiguen dejar cada vez más gente hundida en la miseria.
Filantropía significa "amor a la humanidad", por ello no tiene ninguna afinidad con los trepas del poder, que cada día están más obstinados y obcecados en sus particulares ansias de crecimiento.
José Narro Robles, rector de la UNAM, declaró que decidieron crear dicha licenciatura con el fin de orientar a los filántropos-as en las correctas decisiones que deben de tomar a la hora de donar parte de su dinero, ya que hay muchas instituciones que se aprovechan y desvían los recursos que les brindan. La carrera tendrá una duración de tres años y será impartida en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Se contempla recibir por lo menos 30 filántropos-as para la primera generación, también se espera que los estudiantes sean personas mayores de 40 años, ya que generalmente esta es la clase de gente que tiene solvencia económica suficiente para entregar su dinero.
Esta carrera se abrió con un perfil muy similar a la carrera de sociología y antropología. La diferencia es la currícula de esta carrera, que, desde un inicio indica que la persona no saldrá capacitada para generar ingresos, cosa que no se especifica en el perfil de la mayoría de las carreras sociales que tampoco harán que el alumno gane dinero al finalizar su licenciatura.
Resumiendo: resulta una carrera muy poco interesante para nuestras formas de vida actuales, para los de abajo por carecer la filantropía de perspectiva para generar recursos, y para los de arriba, políticos y grandes fortunas, no les mueve ningún interés, aprender otra manera de administrar los suyos. Por tanto seguiremos soportando esta opresión, hasta que más pronto que tarde el poder, caiga en la cuenta que si aplastan las hormiguitas se debilitará el granero. Con o sin estudios el ser filántropo es muy gratificante en la vida, ya que siéndolo buscas favorecer al que ves con dificultades, o lo que es lo mismo te preocupan los problemas de los que vienen detrás y poder ayudarlos te aporta bienestar, cuando por norma general hoy nos estresamos por mirar demasiado arriba, una mirada que crea mucho desasosiego y malestar en la vida.
Cosme Castán Campo